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Luego de los graves incidentes presentados el pasado miércoles, la Universidad de Antioquia retornó este este viernes a las actividades en completa normalidad.
La invitación de las directivas del Alma Máter es sellar un pacto por la institución, como un bien común y templo del conocimiento en el departamento.
"Creemos que hay participación de grupos revolucionarios al margen de la ley y hacemos un llamado a la Policía, los jueces y a la Fiscalía para que judicialicen y sancionen estos actos".
Esta expresión del rector del Alma Máter, Alberto Uribe Correa , resume la gravedad de los hechos que se presentaron tras la protesta de unos 80 encapuchados y la posterior intervención del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad). Los ataques le destrozaron una pierna al patrullero de la Policía, Uriel Andrés Rincón. Una estudiante resultó lesionada.
Y no se queda en una opinión. El coronel Ramiro Riveros , comandante de Seguridad Ciudadana de la Policía Metropolitana, informó que en la tarde del miércoles se incautó "material de guerra" en el campus. En jardineras, salones de clase y canecas de basura los agentes encontraron extintores bomba, bombas químicas elaboradas con ácido sulfúrico, petardos con metralla, 21 papas bomba y pólvora negra, elementos que fueron destruidos de manera controlada.
El oficial agregó que, tras los disturbios, seis personas fueron conducidas a la Fiscalía. Con las autoridades del claustro la Policía analiza los videos y demás elementos probatorios para formular denuncias y adelantar procesos de judicialización.
La Gobernación de Antioquia expidió un comunicado en el que rechazó "los actos terroristas perpetrados por fuerzas oscuras que utilizan la ciudad universitaria como campo de batalla".
Añadió: "El atentado contra el patrullero Rincón que desembocó en su mutilación y la retención de estudiantes y profesores son delitos graves que tienen que ser investigados y castigados por las autoridades".
Rechazo al extremismo
En general, estudiantes, profesores, directivos y autoridades consultados coincidieron en que la universidad es un espacio en el que debe primar la discusión de las ideas, pero nunca con métodos violentos.
El personero de Medellín, Rodrigo Ardila Vargas, consideró que con los disturbios "se quiere crear terrorismo y perturbar la paz de la ciudad".
El representante del Ministerio Público rechazó el hecho de que algunos encapuchados intentaron evitar la evacuación del agente herido, en ambulancia, y la calificó como una violación a los derechos humanos.
Destacó sí, que los manifestantes respetaron la labor de los funcionarios de derechos humanos de la Personería. Por último, rechazó la intervención de colegiales menores de edad en los enfrentamientos.
Entre tanto, Víctor Correa , de la Facultad de Medicina de la Universidad, aclaró que la posición de un grupo de estudiantes no refleja todo el colectivo.
"Colombia es un país con manifestaciones violentas arraigadas y hay gente que cree que vías de hecho dan resultados", conceptuó y añadió que los hechos de violencia de ambas partes son "lamentables".
Para Correa, debe haber otros caminos para construir una sociedad mejor. "Estos no deben ahondar en el odio".
Desde su profesión, el estudiante también enfatizó en que la Universidad "no está preparada para atender estas emergencias. La ambulancia se demoró y la gente no sabía cómo evacuar".
Por su parte, Carlos Galeano, otro estudiante, no justificó la violencia pero sí explicó que, para él, esta se deriva en que la protesta pacífica no ha sido escuchada.
"El rector sabe que algunos estudiantes han buscado diálogo con él y otras directivas, pero ha sido negado", declaró Galeano y apuntó: "Que no se queden en declaraciones del rector; falta espacio para reformar lo que hace falta: democracia y autonomía, que estudiantes y profesores incidan más en las decisiones".
Este alumno deploró la tragedia del policía, pero señaló que "hay que hablar de los heridos de lado y lado. La violencia agudiza la violencia".
Una profesora que pidió omitir su nombre subrayó que los actos de violencia son inadmisibles. En el campus "quedamos sin garantías, en medio de dos fuegos cruzados".
"Que entre el Esmad, pero con garantías. Si deben venir organismos internacionales, que vengan. El todo es proteger la vida y la integridad de las personas", comentó la docente.
Los motivos de estas protestas, dijo, son complejos, porque "son muchos colectivos estudiantiles".
La profesora invitó al resurgir del movimiento estudiantil pacífico, como el que el año pasado presionó de formas creativas hasta que se cayó el proyecto que pretendía reformar la Ley 30 de 1992.
Álvaro Cardona , decano de la Facultad Nacional de Salud Pública, anotó que las posturas violentas "son equivocadas, pues no se alinean en la crítica social y en las ideas transformadoras de la sociedad. Se necesita que los universitarios rechacen estos actos con expresiones públicas masivas".
En tanto que Mauricio Alviar , director del Centro de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Económicas de la U. de A., indicó que "los extremistas hacen notar su ideología con irracionalidad, intimidación y violencia. Pero no se puede estigmatizar al movimiento estudiantil. Los violentos son una minoría absoluta".
Juan Carlos Álvarez , abogado penalista y docente de la universidad Eafit, consultado sobre los delitos que se podrían haber cometido el miércoles señaló daños a bienes ajenos, lesiones personales dolosas y, según la ley de seguridad ciudadana, delitos contra la seguridad pública como empleo o lanzamiento de sustancias u objetos peligrosos, además, tráfico y porte ilegal de armas.
"Por encima de las implicaciones legales, el llamado debería ser para que la gente tenga conciencia de este tipo de actos que acaban con lo que tenemos en educación", dijo Álvarez.