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Desde hace algunos días su salud se había deteriorado. Ya necesitaba de un respirador artificial y una asistencia médica constante, y aunque su familia siente el dolor de su partida, también reconoce que la famosa Chela del Río descansó de sus dolencias a las cinco de la mañana este martes, cuando falleció una de las leyendas de la televisión colombiana.
Era Chela del Río, quien se entregó en cuerpo y alma a la actuación, siendo pieza clave de la historia de la televisión colombiana, aunque sus primeros pasos lo dio en el mágico mundo de la radio, como una de las voces más particulares de este medio.
Tal fue el amor que le demostró a estas artes, que dos de sus ocho hijos, Gloria y Lucero Gómez, siguieron sus pasos, con el mismo entusiasmo y fervor que mostró Arfelia Bernal, el nombre real de la inolvidable Chela, una bogotana que encantaba dentro como fuera de los sets de grabación.
Fueron 59 los años que dedicó a este mundo de las artes, comenzando por la radio en Cali, para luego retornar a Bogotá donde empezó, a finales de la década de los cincuenta, en el mundo de la televisión, cuando esta era en blanco y negro y se realizaba en vivo y en directo.
“Fue un paso natural porque la radio era en directo y actuábamos aunque nadie nos miraba. Así que no fue traumático para nosotros. Al final, tampoco nos podíamos ver porque no se podía grabar, entonces de pánico escénico no sufrimos”, comentó en alguna ocasión Chela del Río, siempre con una sonrisa amable y una actitud de abuela bonachona.
Inolvidable
Hablar de sus principales papeles en tantos años de carrera es difícil, pero sin duda, varias generaciones siempre la recordarán como Doña Bertica en la serie colombiana Don Chinche, donde tuvo la oportunidad de trabajar al lado de Gloria Gómez, su hija, quien había el papel de Rosalbita.
“En esa legión de grandes actores que se reunieron para hacer Don Chinche, mi madre siempre fue una de las más queridas y escuchadas por el elenco. Todos siempre tenían una palabra de aliento, de entusiasmo, de parte de ella”, comentó Gloria Gómez.
Lucero Gómez, otra de sus hijas que siguió sus pasos, tanto en la televisión como en la radio y el trabajo de doblaje cinematográfico, la recuerda en su faceta como madre y abuela: “Ella era el centro de la familia. Era quien nos mantenía unidos y hacía todo lo posible porque siempre hiciéramos actividades juntos. Si Colombia la conoció como una actriz genial, yo la tuve como una madre maravillosa”.
A toda una vida
Mostró todo su talento en series y telenovelas como Los Cuervos, Yo y Tu, La tía Julia, San Tropel y Música Maestro. Producciones que sin duda abrieron el camino para la identidad del melodrama colombiana.
En la producción cinematográfica colombiana también participó, como El taxista millonario, junto a Carlos El Gordo Benjumea, quien era el protagonista.
“Siempre es un dolor profundo que los amigos partan de esta forma tan inesperada. Pero también he aprendido a recordar su ausencia a través de los más bellos momentos que vivimos juntos, y con Chelita estos fueron muchos”, comentó Carlos El Gordo Benjumea.
Pero no sólo los legendarios actores de la pantalla chica tienen inolvidables recuerdos con Chela del Río. Las nuevas generaciones la reconocen como una de las maestras de las artes dramáticas, como Julián Román, con quien actuó en varias ocasiones, en proyectos como Los Reyes, donde interpretó a Doña Rosita.
“Tenía un ángel maravilloso y siempre nos daba uno que otro apunte para mejorar las escenas”, asegura Julián Román.
Junto a sus hijas, crearon la Fundación de Artes Escénicas de Bogotá, con el compromiso de compartir sus conocimientos con las nuevas generaciones, y además, presentar propuestas de teatro alternativo.
“Ha sido una obra muy bonita porque pudo compartir sus experiencias, y muchas de sus anécdotas, con jóvenes actores que la veían como la mejor de las maestras. Ella lo fue para todos, la mejor de todas”, continúo Lucero Gómez.