Le pedí al editor de las páginas de opinión que no me fuera a corregir tamaño horror, mucho más que error, en el título.
Así lo vi en lo alto del edificio del Museo de Antioquia, en letras grandes y rojas. Dicen que eso es arte, yo no creo que la desorientación, que los errores, que la ofensa a un pueblo y a una región puedan convertirse en arte.
Pienso que sería como poner en lo alto del Museo del Louvre, en París, el nombre Museo de L´Ubre. Se pronunciaría igual, pero sería una gran ofensa para el pueblo francés y para el arte universal. ¿Qué dirán los visitantes que esperamos en la Feria de las Flores?
Aprecio mucho a la directora del Museo, ha hecho mucho por esta obra orgullo de Medellín, de Antioquia y de Colombia. La junta es inmejorable, está integrada por grandes personajes de la ciudad. Pero los curadores... Son otra cosa. Hacen lo que quieren apoyados en que el arte es buena en todas sus manifestaciones así sea para ofender a una sociedad entera. Hay que respetar y no dañar en nombre del arte. Pero lo anterior no es lo peor: es como el premio seco en una lotería, lo gordo está en el interior del Museo.
En la sala donde está el famoso cuadro de Francisco Antonio Cano, "Horizontes", pusieron la figura, en gran tamaño, de Pablo Escobar. Esta última va desde el suelo hasta el cielo raso.
El cuadro del Maestro Cano muestra a un campesino, con su esposa e hijo, señalando el horizonte donde se encuentra el futuro, la ciudad donde van a buscar trabajo y podrán progresar. El campesino empuña un hacha, símbolo del trabajo, en su mano derecha.
Pablo Escobar señala, en la misma posición del cuadro de Cano, hacia adelante como mostrando también el camino que se debe seguir. ¿Será que le indica a la juventud el camino de la droga? ¿De la perdición a la que llevó a los jóvenes del mundo entero?
El mayor criminal del siglo XX empuña en su mano derecha una botella. Esa botella debe simbolizar el vicio, el licor, la droga.
¿Es eso arte como para que acompañe una obra orgullo de los artistas colombianos?
Qué pena me da señores curadores, el arte no se puede prestar para ofender a toda una comunidad y menos para presentarnos ante el mundo entero.
Tengo el gran honor de haber sido nombrado como Socio Honorario del Museo de Antioquia, junto con el Maestro Fernando Botero. Les agradezco infinitamente a la señora Directora y a los miembros de la Junta Directiva esa distinción que me llena de orgullo y me llega al alma. Por esa razón me duele más que a muchos otros antioqueños la ofensa que nos hacen.
Pasemos a otro tema, tal vez minúsculo frente a los anteriores, pero que también me preocupa. En la reorganización de unas salas, no aparece la ficha técnica al lado de cada obra con el nombre del autor, el nombre de la obra, la técnica empleada y el año de ejecución. Estos datos están en una lista larga al empezar la sala, con unos números al lado del autor pero, al observar las obras, esos números no aparecen por ninguna parte.
Curadores por favor, hagan lo que se hace en todos los museos y no traten de inventar lo ya inventado.
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