Los árboles que hoy le dan sombra a Lola, "la marrana", fueron sembrados hace varios años por un grupo de estudiantes.
Esa fue la herencia de quienes hicieron su primaria trabajando con y por la naturaleza.
Bajo esa propuesta de educación ambiental, el Centro educativo Travesías El Morro, lleva quince años trabajando con los niños de San Cristóbal.
Camino a la escuela, por la vereda Travesías, se levanta un fresco olor a cebolla, cultivo que predomina en la mayoría de las casas campesinas.
En la escuela también se siembra. Los estudiantes han sacado producción de cilantro, zanahoria, zukini y otras tantas legumbres propias de la zona, con el valor agregado de que allí se trabaja la siembra limpia.
La soberanía alimentaria, la agroecología y el cuidado del medio ambiente marcan la diferencia en el centro educativo en el que, además, la naturaleza juega un papel fundamental en los procesos pedagógicos.
"Profe, vio esos niños", es Mateo, estudiante de primero: "se demoraron secándose las manos".
Habla del secador automático porque hasta los más pequeños "tienen conciencia del uso racional del agua y la energía" como dijo la profe Janeth Ospina, después de la queja del pequeño.
Esas lecciones como las de la cultura agroecológica, quieren que trasciendan a los padres, la mayoría campesinos dedicados a las labores de la tierra.
En el predio experimental de la escuela solo hay lugar para las prácticas agroecológicas y lo que para otros sería desperdicio allí sirve para el abono de las plantas.
La misma huerta, junto con la granja, son el laboratorio para estudiar perímetros, áreas, fracciones, divisiones sin contar que los recursos también son útiles en artística, inglés y otras tantas.
Ahora los de quinto están trabajando la clasificación taxonómica de los animales y de lupa en mano salen todos a buscar invertebrados, como hormigas y otros insectos. A Lola, los conejos, las gallinas y el chivo los tienen a media cuadra del salón para otro tipo de actividades.
Los de Travesías son estudiantes sencillos, de origen campesino, que por el gusto que le sacan a la escuela no se podría asegurar que van solo por la comida del restaurante, pero para muchos "es la única comida del día".
El restaurante escolar funciona para todos los estudiantes: 450 distribuidos en dos jornadas.
Son afortunados, "bendecidos por el Señor" como dice la directora Isabel Londoño.
Travesías es una escuela campesina pero no lo parece. Su infraestructura de dos plantas la asemeja a uno de los más modernos colegios de la ciudad.
Esa sede, inaugurada en 2007, tiene 33 computadores a disposición de la comunidad.
En la sala de sistemas los procesos hechos en el predio experimental se hacen más significativos: "Lo que aprenden lo constatan en internet" cuenta la directora.
Los saberes en Travesías se encuentran desde lo empírico, científico y lo tecnológico.
El viernes se fueron a vacaciones, muchos sin querer hacerlo. Con seguridad, en la granja también los extrañarán.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6