¡Cristo ha resucitado! ¡Aleluya!
El 19 de abril, pocos días antes de cumplir 91 años, se nos marchó al "inmortal seguro", nuestro queridísimo P. Carlos Izco Goñi de la Sagrada Familia. Ese día y hora se le detuvo ese corazón que era grande por su dulzura y capacidad de afecto.
El P. Carlos vivió una larga y bella vida. Nació en una pequeña población de Navarra (España) a la que siempre quiso, e ingresó a la Orden siendo muy jovencito. La guerra civil española hirió sus primeros años de vida religiosa, teniendo que prestar por fuerza servicio militar. Terminada la guerra se ordenó sacerdote y empezó un largo camino de entrega a los niños. La obediencia lo envió a Colombia en 1951. Trabajó en el Calasanz de Bogotá y en el Seminario del barrio El Paraíso.
En 1970 viene al Calasanz Medellín. Fue Rector del colegio el año 1971 y prefecto de Bachillerato durante varios años. A comienzos de los 90 volvió definitivamente a Medellín donde permaneció hasta su muerte. Como ya era muy mayor, dejó de dar clases y se dedicó a animar la liturgia de la Parroquia con sus cantos y a hablar personalmente con los niños de la Primaria, a los que atendió hasta que su precaria salud ya no se lo permitió más.
Por el cariño tierno que tenía por su familia, hermanos y sobrinos, hizo varios intentos de quedarse en España; pero el amor a Colombia terminó trayéndolo de vuelta en una y otra oportunidad.
Una agresiva infección, unida a su edad, el corazón frágil y las dificultades respiratorias, le fue ahogando la vida hasta el momento final. Entonces, el P. Carlos, nuestro amado abuelo, hombre dulce, humilde y alegre como pocos, se durmió en los brazos del P. Julián González, nuestro sacerdote más joven. Allí, Dios escribió una hermosa metáfora de una fe transmitida del mayor al menor, de una vocación entregada como un tesoro a una nueva generación, de un testimonio de fidelidad que, un hombre que lo dio todo por la Escuela Pía, confiaba a los jóvenes que han de mantener vivo el carisma de Calasanz.
El lunes 19 de abril a las 5:00 p.m. se realizaron las exequias de cuerpo presente, presididas por el P. Provincial, acompañado por los padres de la Comunidad de Medellín y por religiosos venidos de todas las demás comunidades del país. El martes 20 a la misma hora, en nuestra Parroquia de San José de Calasanz, se celebró la misa con las cenizas, las cuales se depositaron en nuestra cripta.
Seguimos escribiendo nuestra historia de la Escuela Pía en Colombia. Mientras tanto, afuera, resuena el viento que parece traernos de recuerdo un vozarrón que grita a los niños "a home...". Y es que la vida sólo culmina cuando rodeados de niños volvemos a home, esto es, al hogar del Padre.
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