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Hace ocho días escribí acerca de las buenas noticias del desempeño de la economía paisa y de cómo el sector privado estaba respondiendo al reto de un mundo globalizado.
La transacción hecha por Sura al comprar los fondos de ING, compañía de pensiones y seguros en cinco países, así lo corrobora.
Pero también en mi artículo hablaba de las desigualdades en nuestra sociedad antioqueña.
Mi amigo, el investigador y académico Hugo López me entregó algunas cifras que hoy les comparto.
Al año 2010, Antioquia tenía 6.1 millones de habitantes.
El 77% vive en las cabeceras municipales y el 23% (1.4 millones) en las zonas rurales.
Del total de la población, el 46.7%, o sea dos millones ochocientos treinta y tres mil son pobres y el 16.6%, un poco más de un millón, en pobreza extrema.
Entonces ¿Cuál es el orgullo paisa? ¿Cuál es el empuje arriero? ¿Qué hemos hecho los dirigentes políticos y privados? ¿No nos da vergüenza contar con casi cuatro millones de antioqueños entre pobres y miserables? ¿Será verdad que "siquiera se murieron los abuelos"?
¿Y qué pasa en el espejismo del área metropolitana? Pues que hay un millón doscientos noventa y tres mil pobres (38.4%) y trescientos cuarenta y tres mil (10.2%) miserables.
¿Cuál milagro de Medellín y su área metropolitana? ¿Para quiénes entonces es la bonanza?
Mas atérrense ustedes. Excluida el área metropolitana; la población pobre es del 57%.
En Antioquia hay un millón de personas que viven con menos de cuatro mil pesos diarios por persona y excluyendo el área metropolitana, los pobres extremos son seiscientos sesenta y cuatro mil.
Según el DANE, en 2010 Antioquia tenía un desempleo del 12.1% en las cabeceras municipales del 13.5% y en la zona rural del 5.2%.
Esta realidad hiere. Las cifras que les comparto no son meras estadísticas, ellas representan personas de carne y hueso que diariamente se acuestan con hambre.
Yo sé que leemos esto y nos impacta. Pero después nos sentamos a ver los desfiles de moda, o los partidos del campeonato Sub20, quizá con un guarito o un ron entre pecho y espalda.
Quizá nos digamos ¿Y yo qué puedo hacer? La solución no está en mis manos.
Pues en parte sí. El próximo 30 de octubre entregaremos un mandato para que nos manejen los bienes públicos.
¿Votará usted para gobernador por una persona que no tiene escrúpulos para beneficiarse de lo público y para burlar la ley?
¿Le entregará usted en su pueblo, la suerte de sus hijos a algún avivato aprovechado?
¿Elegiremos en Medellín para manejar los inmensos recursos de EPM y de la ciudad a quien ha demostrado que no tiene el tino ni la escrupulosidad para manejar lo público?
En Antioquia y Medellín tenemos que elegir, y eso depende de cada uno, a quien nos convenza de que va a luchar por una Antioquia equitativa.