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Lástima que esta vez haya que empezar por la mano salvadora de Thierry Henry para hablar de Francia, cuando la historia ha sido rica y generosa con esta selección.
Aunque tuvo que esperar esa escandalosa acción para ganarle el repechaje a Irlanda, al elegante onceno galo hay que tenerlo en cuenta para los puestos de honor en Sudáfrica-2010.
Ser los actuales subcampeones del mundo les abre un espacio especial a los Bleus en el Grupo A, el cual comparten con Uruguay, México y el local Sudáfrica.
Así su técnico Raymond Domenech haya despreciado el talento del experimentado Patrick Viera (uno de los pocos sobrevivientes del título de 1998) y la efectividad del ágil delantero Karim Benzema, Francia es la favorita de esta llave.
En la página web de la Fifa, Thierry reconoce que "todo el mundo habla de que la final de Sudáfrica la disputarán España y Brasil". Sin embargo, pide no dejar de lado la historia, el fútbol y la capacidad de su país, el mismo que abrirá la participación número trece en esta clase de torneos, el 11 de junio ante Uruguay.
"España y Brasil es la final que la gente piensa, aunque nosotros intentaremos que no sea así", afirmó Henry.
Esa posición es similar a la del periodista uruguayo Raúl Tavani, quien presenciará el juego entre charrúas y galos en Ciudad del Cabo.
Tavani admite que "la favorita en este grupo es Francia por sus antecedentes, pero el presente dice que los cuatro equipos tienen la misma opción y eso significa que los enfrentamientos serán parejos, ya que la mayoría de los jugadores de estas selecciones actúa en Europa".
El que la posición de Tavani sea realista no significa que se haya dicho la última palabra, ya que cuando un equipo dispone del talento por cantidades industriales y tiene herencia de campeón todo puede cambiar.
Thierry deberá compartir su liderazgo con el extrovertido Franck Ribery en un plantel en el que también tienen un lugar especial Florent Malouda, Alou Diarra y Nicolás Anelka.
Con ellos Domenech, para quien el Zodíaco termina siendo más importante que la calidad de sus jugadores, tratará de reivindicarse después de la irregular eliminatoria y de la escandalosa clasificación.
Francia tiene cédula de grande y como tal espera responder en su cuarto Mundial de manera consecutiva. Esta vez no tendrá la magia de Zinedine Zidane, su cerebro en los pasados tres mundiales, pero sí llega con la ambición característica de un equipo que sabe a qué juega y con su innovador sistema de 4-2-3-1 espera ser el vencedor.