Colombia arrancó con un módulo 4-1-4-1 y tuvo que cambiar al 4-4-2 para ganar su primer partido en la edición 43 de la Copa América. También le tocó retomar el sistema inicial para asegurar el triunfo, pero fue una variante del técnico la que lo llevó al éxito en Jujuy.
Adrián Ramos, quien convenció al entrenador en los últimos amistosos, se defendió tan bien por el costado izquierdo que además de hacer el gol, fue la figura de su equipo abriendo la cancha, haciendo diagonales y estableciendo sociedades que, así hayan tenido poca respuesta, sirven.
Si bien Ramos logró la anotación, fue con dos hombres en punta que Colombia lució mejor ante una tierna Costa Rica que montó dos bloques de cuatro, se recostó en su zona y le apostó al error del contrario.
La salida por derecha con Zúñiga, el balance que hizo Bolívar en la zona de recuperación y la constante movilidad de los delanteros (Falcao, Rodallega, Dayro y Gutiérrez) jugando muchas veces de media punta y arrancando desde muy atrás, le permitió al combinado patrio más volumen ofensivo que debió ser mejor aprovechado.
Cuando se perdió la pelota en el segundo tiempo la entrada de Elkin Soto fue vital para continuar con la vocación ofensiva y mantener el balón fuera de los predios de Martínez, Yepes y Amaranto, quienes tuvieron poco trabajo.
El orden que pedía el técnico sobró y la actitud ni qué decir porque nadie se conformó con el gol inicial y todos buscaron el arco rival en los 90 minutos. Falta contundencia y en eso tendrá que trabajar el técnico Bolillo Gómez desde hoy porque ante Argentina no tendrá tantas situaciones como las de ayer ante la joven Costa Rica.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
