Fue una espera angustiosa de principio a fin para volver a la libertad. Hasta en el día escogido para la misión humanitaria que lo rescató del secuestro Pablo Emilio Moncayo sufrió al ver que su liberación se prolongaba.
El clima fue un obstáculo que parecía querer atarlo a la selva, pues las lluvias retrasaron tres horas la salida de la misión desde el aeropuerto de Florencia (Caquetá). El helicóptero brasileño alzó vuelo a las 11:15 a.m., poco antes de la hora límite para aplazar la misión un día más.
A las 5:40 p.m., "Moncayito" pudo reencontrarse con su familia tras 12 años y tres meses de secuestro por parte de las Farc. De la aeronave brasileña descendió un hombre de 31 años, delgado y vestido de camuflado, muy distinto al joven, de 19 años, secuestrado por la guerrilla, tras el ataque a la base de telecomunicaciones del Ejército en el cerro Patascoy (Nariño), el 21 de diciembre de 1999.
En la pista del aeropuerto, su padre Gustavo Moncayo, el hombre que se convirtió en el "Caminante de la Paz" buscando su libertad, con las cadenas que simbolizaban su lucha en sus manos, corrió para al esperado reencuentro. Padre e hijo por fin se abrazaron.
Luego la madre y el resto de familiares hicieron lo mismo, en medio de lágrimas de alegría y muchas fotos. Pero la atención del recién liberado fue para la pequeña Laura Valentina, su hermanita de cinco años, quien nació cuando él soldado estaba secuestrado.
La cargó para verla por primera vez y ella le correspondió con margaritas blancas. La emoción desbordada de los familiares contrastó con la serenidad del sargento Moncayo.
"Asombroso ver civilización"
Tras una breve reunión en privado con su familia, Pablo Emilio reapareció para dialogar con los medios. Agradeció a Dios y a su padre por la labor "titánica e incansable" y recordó, en tono pausado, que cuando Gustavo Moncayo empezó su marcha, él cayó enfermó. "Yo estaba postrado en cama y duré siete meses andando en muletas". Relató que el coronel Édgar Yesid Duarte y Libio José Martínez le pidieron transmitir la solicitud por su liberación. "Solicitan una Ong internacional que gestione su libertad, sienten que sus vidas corren peligro".
Moncayo dejó ver su sorpresa por el mundo que alcanzó a ver en sus primeras horas en libertad. "Todo ha cambiado, los avances tecnológicos... no saben cuán asombroso es volver a ver civilización".
A las 6:54 de la noche llegó otro de los momentos más esperados. Tal como lo había soñado Gustavo Moncayo, su hijo retiró las cadenas que durante los últimos tres años acompañaron a su padre como símbolo de su lucha por la libertad de los secuestrados.
Polémica por cámaras
Las imágenes de la liberación transmitidas por el canal venezolano Telesur fueron el ingrediente polémico. El Ejecutivo se pronunció a través de un comunicado. "El Gobierno rechaza que un medio de comunicación como Telesur se preste para hacerle propaganda a un grupo terrorista y secuestrador como las Farc".
Piedad Córdoba y monseñor Leonardo Gómez dijeron que no se dieron cuenta de la presencia de ningún medio de comunicación y que la cámara era de las Farc. Telesur negó su responsabilidad e informó que las imágenes les llegaron por correo.
No hubo más reacciones. La alegría de la libertad no permitió polemizar más.
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