Hugo Chávez logró ayer en las urnas un triunfo que cambia radicalmente la historia de Venezuela. Podrá, desde el 2012, presentarse cuantas veces quiera para ser presidente del país. Con diez años cumplidos en el poder, ahora tendrá todas las leyes a su favor para que el pueblo lo elija ilimitadamente.
Minutos después de las nueve de la noche, mucho antes de lo que se esperaba, el Consejo Nacional Electoral dio el primer e "irreversible" boletín de resultados electorales que le dio al "Sí" a la enmienda a la Constitución alrededor de un 54,4 por ciento de los votos (6'003.594) frente a un 45,6 por ciento del "No" (5.040.082 votos).
La oposición tuvo cerca de un millón de votos menos, de acuerdo con el primer boletín del Consejo Nacional Electoral (CNE) con el 94,2 por ciento del total escrutado.
Un minuto después de que terminara la rueda de prensa en la que la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, dio a conocer los resultados, el presidente Chávez salió al balcón del pueblo en el Palacio presidencial de Miraflores y entonó el Himno Nacional "Gloria al Bravo Pueblo...". En diferentes zonas de Caracas sus seguidores celebraron con pólvora y algarabía.
El presidente venezolano se mostró complacido con el resultado dijo que se trató de "un febrero rebelde" y se puso a disposición del pueblo para ser elegido de nuevo en el 2012 y advirtió una vez más "no me vayan a fallar, que yo no les fallo", en una forma de comprometer el voto que se realizará en tres años.
Tras reiterar su interés de seguir en el poder Chávez afirmó: "me consumiré de por vida al servicio pleno del pueblo venezolano" y concluyó lanzándose desde ya a las próximas votaciones: "Este soldado es ya un precandidato para las elecciones del 2013"
Sin embargo, la incomodidad de los opositores no se hizo esperar. Mientras el Presidente hablaba en el balcón del pueblo y señalaba que comenzaba la semana del amor, en varias zonas de la capital comenzaron a sonar las cacerolas. Esta es la manera como los opositores manifiestan su desacuerdo con los resultados y lo que demuestra que la polarización entre los venezolanos está viva.
"Los venezolanos ya no somos pesimistas, somos realistas. Lo que Chávez no gana lo arrebata", comentó un venezolano que prefirió omitir su nombre pero cuyo pensamiento recoge en buena medida las ideas de ciudadanos del vecino país que ven limitada la posibilidad de cambio.
"Jugos y meriendas chavistas"
La votación en Venezuela no mostró las grandes concentraciones de antes.
"Yo pensaba que habría más gente en la calle", dijo Alexander Camacho, un taxista caraqueño de 42 años.
Igual ocurrió en otros sitios habilitados para el proceso electoral, donde la presencia de votantes parecía mínima, pero los testigos de mesa y la Guardia Nacional, que prestaron vigilancia, coincidieron en que no se trató de una presencia menor, sino de un proceso más ágil y transparente.
Según el taxista esta vez el Gobierno estaba mejor organizado para brindar apoyo a sus seguidores. Durante las horas de trabajo en la búsqueda de clientes encontró que cerca de algunos centros de votación había carpas y quioscos habilitados "con agua, merienda y jugo para quienes vistieran de rojo".
Además, en varias zonas de la capital, desde tempranas horas de la tarde, se observaron algunos grupos de motorizados con camisetas, banderas rojas y fotografías del Che Guevara, quienes celebraban el triunfo del "Sí" mucho antes del anuncio oficial.
Al conocer la derrota, la oposición aseguró que fue una lucha contra "Goliat", en la que el gobierno utilizó los recursos para favorecer al "Sí" y que ahora para ellos viene un intento de reconciliación.
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