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Latinoamérica está recurriendo a dos aliados, uno en el plano simbólico y otro en el económico, para bien impulsar su imagen mundial o palear algunas crisis financieras que golpean especialmente a las naciones de izquierda en la región. Estos son, respectivamente, el Papa Francisco y China.
Al gigante asiático viajaron en meses pasados los presidentes de Costa Rica, Luis Guillermo Solis; Venezuela, Nicolás Maduro, y Ecuador, Rafael Correa, y lo hará próximamente su homóloga de Argentina, Cristina Fernández, en búsqueda de un socio estratégico a nivel económico.
Viaje oportuno cuando su país enfrenta actualmente una creciente crisis y encuentra dificultades para dar respuesta a su deuda externa, lo que hizo que entrara en default el 30 de julio de 2014. Una alianza estratégica con China, en este sentido, ayudaría a la nación sudamericana a dar mayor impulso a su economía y, por tanto, empezaría a allanar el camino para salir de la situación crítica en la que está.
Enrique Posada, director del Instituto Confucio de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, explicó en diálogo con EL COLOMBIANO, que a China no le importa que se trate de naciones de izquierda o derecha, ya que prima para ella la construcción de alianzas para consolidar su presencia en América Latina.
“Desde hace un buen tiempo las naciones de la Celac se están acercando a China, hasta el punto de que gran parte de la pasada cumbre se desarrolló en torno a las relaciones diplomáticas y comerciales con dicha potencia. Pero se debe aclarar que el gobierno chino no ve esto de una forma ideológica, sino con la importancia que le da a las alianzas, sin importar los temas políticos. Ve todo esto de un modo pragmático”, explicó.
“Para el Gigante asiático, es muy positivo el hecho de que Latinoamérica se presente como un aliado, y le trae muchos beneficios. El más importante, es que tendrá un socio con quién negociar la alta cantidad de commodities (petróleo, hierro, cobre y otros), que demanda para que su industria y economía sigan en expansión”, agregó.
“El interés de China en A.L. se evidencia en las crecientes cifras de comercio e inversión, especialmente tras la cumbre del Brics en Brasil. Está viendo que las oportunidades en la región son mayores y que hay mucho potencial todavía por desarrollar”, concluyó.
Si China echa raíces en Latinoamérica, a nivel espiritual y simbólico es el Vaticano el que tiene primacía en la región. No en vano, en menos de un año el Pontífice argentino fue visitado en Roma por los presidentes de Bolivia, Evo Morales, Uruguay, José Mujica, Perú, Ollanta Humala, entre otros.
Más aún, el Papa anunció su intención de visitar este año Ecuador, Bolivia y Paraguay, y en 2016 Chile, Argentina y Uruguay, quizá también Perú. La cercanía de Francisco con América Latina es evidente, y Jesús David Cifuentes, experto en religiones de la Universidad Pontificia Bolivariana, explicó las razones que tiene el Vaticano para esto:
“Latinoamérica tiene el índice de mayor cantidad de católicos en el mundo, doblega incluso a Europa. Es clara su estrategia para enfocar la mirada en la región, y mediante un Papa más cercano y social, sin ese velo europeo de monarquía. Es un enfoque muy latinoamericano”.
“Con un Papa que está transformando de tal forma la Iglesia, y que está volviendo la mirada a A.L, está claro que los gobernantes que se acercan a su simbolismo se benefician”, recalcó. La legitimidad queda por tanto asegurada.