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12 horas de tensión en la comuna 13

EL COLOMBIANO visitó la zona. Autoridades apuestan por más pie de fuerza, pobladores hablan de la situación.

  • Un bus de transporte público de la empresa Coonatra fue incinerado por sujetos desconocidos ayer en la tarde, en el barrio Calasanz, occidente de la capital antioqueña. FOTO Juan Antonio sánchez
    Un bus de transporte público de la empresa Coonatra fue incinerado por sujetos desconocidos ayer en la tarde, en el barrio Calasanz, occidente de la capital antioqueña. FOTO Juan Antonio sánchez
12 horas de tensión en la comuna 13
27 de abril de 2018
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Recorrimos 8 barrios de la comuna 13 durante la mañana de ayer. En toda la zona, El COLOMBIANO sólo se encontró con dos policías patrullando en el sector de La Torre y varios soldados apostados al lado de una base militar.

Estuvimos durante la visita del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, a la comuna 13, quien antes de la alocución televisada de anoche, reconoció que la captura, el pasado sábado, de alias “Sombra”, uno de los jefes de la “Odín Robledo” que delinque en la zona, generó un remezón en estructuras ilegales que luchan por el control territorial de la comuna.

El mandatario señaló a alias “Juancito”, de 45 años e integrante del combo “Betania”, de ser el responsable de las amenazas contra los transportadores de la zona.

Lo que no se tiene claro, por lo menos hasta ahora, es quién es el responsable de incendiar un bus de la empresa Coonatra en la tarde de ayer, en pleno barrio Calasanz.

Gutiérrez denunció que desde la prisión, alias “Pichi”, jefe de la banda “la Terraza”, y “Carlos Pesebre”, cabecilla de la Odín “Pesebre” -ambas aliadas de “la Oficina”-, están armando una alianza criminal para “desestabilizar la ciudad”.

La Fiscalía publicó un documento con la transcripción de una conversación entre ambos delincuentes, hoy presos en la cárcel de Cómbita, pero no compartió los audios originales. “Ya es hora de unirnos, de trabajar juntos en la misma dirección, si no lo hacemos en 3 años estamos acabados”, se lee en uno de los apartes.

Habla la comunidad

Hace seis días que Mariela* abre más tarde y cierra más temprano su tienda en el barrio La Pradera, en límites entre las comunas 12 y 13. El pasado fin de semana un hombre fue asesinado a pocos metros de allí y desde entonces el miedo es una constante. “Yo veo una moto y me provoca tirarme al piso”, cuenta la mujer.

Su declaración es interrumpida por dos hombres en moto. Uno de ellos, sin camisa, le pide una gaseosa mientras exhibe en el cinto de su pantaloneta un arma corta. Ambos responden al saludo con mala cara, piden un par de panes, miran de nuevo la zona, y vuelven a irse. La mujer respira y apunta: “¡Qué susto, pensé que me iban a dar (disparar)!”.

El miedo de Mariela no es infundado. El 8 % de los 190 homicidios ocurridos en Medellín este año, tuvieron como escenario la comuna 13, según el Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia de Medellín, Sisc.

Y en la última semana se han presentado por lo menos cinco balaceras. El rafagazo más reciente, que no dejó heridos, ocurrió segundos antes de las 8:00 p.m. de ayer, cerca del lugar donde el alcalde de la ciudad, Federico Gutiérrez, iba a hacer su alocución televisada, hablando de las alianzas criminales en el sector (recuadro).

A todo ello se sumó el cese actividades de dos empresas de buses que operan en la zona y fueron amenazadas por la banda de “Betania”, adscrita a la Organización Delincuencial Integrada al Narcotráfico (Odín) Robledo.

El general Óscar Gómez Heredia, comandante de la Policía Metropolitana, reiteró que sus hombres siguen vigilando la zona y aclaró que los patrullajes se realizan a horas estratégicas para responder a la información de inteligencia: “En total tenemos 320 hombres, hemos tenido varias capturas y la incautación de una subametralladora”, indicó.

Momentos inestables

El miedo de la comunidad que no tuvo transporte durante tres días ni clases durante dos, llevó a que la Alcaldía organizara un consejo de Gobierno en la zona el pasado miércoles.

Víctor Manuel Torres, zapatero de profesión, cuenta que ese día el barrio El Socorro estuvo lleno de militares y policías, pero que en la mañana del jueves no vio ni un solo uniformado.

En el barrio Juan XXIII, Luis, también propietario de un negocio, coincide, ha visto pocos policías. “Veo más soldados porque acá arriba hay una base de ellos. Uno los ve a la carrera cuando se escucha bala”, explica.

El último de esos episodios lo vivió apenas el pasado martes. Como las ventas han bajado porque “la gente se encierra más temprano”, decidió quedarse dos horas más para recuperar algo de lo perdido. “De puro porfiado pasé un susto, porque como a las 8:30 de la noche, bajaron unos muchachos corriendo y después, ¡pum!, la balacera”, recuerda .

*Nombre cambiado por seguridad.

320
hombres de la Policía y el Ejército custodian hoy la comuna 13, según Alcaldía.
Infográfico

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