La historia es contundente: el 23 de abril de 1880 una avenida de la quebrada La Iguaná destruyó la población de Aná y hubo que trasladarla a la falda del Cucaracho, donde hoy se levanta el barrio Robledo en el noroccidente de Medellín.
El médico y geógrafo, Manuel Uribe Ángel, relató en su libro Geografía General de Estado de Antioquia en Colombia “que una avenida del riachuelo inundó los campos, derribó los edificios (casas campestres) y con muerte de algunas personas, dejó solo piedras, cascajo, arena y ruinas”.
La emergencia se repitió el 10 de septiembre de 1988 y dejó a 10 personas muertas y 150 ranchos arrasados.
Por estos acontecimientos históricos, varias administraciones de Medellín optaron por trasladar a apartamentos a las familias en riesgo y la ribera de la quebrada fue canalizada desde la carrera 80 hasta su desembocadura.
Pero hoy, en una franja que va desde la autopista Sur, hasta la carrera 70 se levanta un poblado de familias desplazadas del conflicto armado en el Valle de Aburrá, el Bajo Cauca de Antioquia y del departamento de Chocó.
Una de las líderes de esta ranchería, María Sonibel Quinchía, dijo que no desconocían el peligro y que cada que llueve están atentos a evacuar.
La mujer indicó que, en total, han construido, entre la autopista y la carrera 65, 23 viviendas de madera, cartones y techos de zinc y plásticos.
Para el lado occidental del puente de la carrera 65 hay otros 9 ranchos y una casa de material.
Reconoció que ya una comisión del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres, Dagrd, de Medellín, los visitó y les manifestó que tienen que salir por el alto riesgo y, por esto, dialogan con la Inspección 7 de Robledo, para pactar un acuerdo de dejar ese sitio a cambio del pago de arriendo en otro sitio.
Diana Díaz Pineda dijo vive allí con su esposo y 9 hijos, desde hace 5 años, luego de llegar desplazada de la vereda Pilón Colgado, del municipio de Nechí. Su vecina, Betty Moreno llegó hace 5 años desplazada, con otras 6 personas, de Condoto, Chocó.
Ambas aseguran que en 5 años la quebrada nunca se les ha metido a las casas.