“No hay ritmo más grande que el de una campaña. En una campaña se inicia a las 5:00 a.m. hasta la media noche y es una rutina relativamente esclavizante, porque es una suma de reuniones a las que no se puede faltar. Ahora tengo igual cantidad de trabajo, pero uno las va acomodando. Usualmente todos los días de 9:00 p.m. a 1:00 a.m. escribo y leo. Tengo una tranquilidad interior grande que permite dormir suficiente”.
Durante esta semana lo hemos visto en un par de actos públicos con el vicepresidente Germán Vargas en la firma de contratos de carreteras. ¿Lo vamos a ver embarrándose los zapatos?
“El vicepresidente Germán Vargas me invitó a la entrega de unas viviendas de interés social y a firmar uno de los contratos de vías de la prosperidad. También me invitó a conocer el túnel de Oriente”.
Lo que va a suceder es que mientras que el gobernador Fajardo estuvo en la firma de todos esos contratos, en su administración se van a a ver las máquinas...
“Soy un hacedor de cosas. Puede que sea un visionario, pero también tengo la cualidad de hacer que las cosas sucedan. No me quedo únicamente en la palabra. Entonces, creo que hay que asumir una actitud frente a las obras. El doctor Fajardo tomó la actitud de no apoyar el túnel de Oriente, yo tengo toda la actitud de apoyarlo para que salga adelante. Tengo la actitud de apoyar todo el sistema de vías para Antioquia. Incluso tenemos que estudiar si eso amerita una secretaría o un instituto descentralizado. Soy muy positivo frente a todo lo que tenga que ver con desarrollo, lo único que no apoyo son las fábricas de pañuelos. Me da mucho gusto este proceso donde se ve una ejecución permanente y Dios quiera que esto sirva para transformar el departamento de Antioquia”.
¿Durante la campaña se sintió derrotado?
“Esta campaña la hice con mucha tranquilidad, con optimismo. Es que no soy político, soy un empresario y los empresarios siempre hacemos un análisis de las variables que influyen en el éxito y también hacemos un balance de los riesgos. Durante 14 meses, aún sin estar en campaña, tenía unas encuestas que siempre estaban muy por encima. Yo fui mucho a los municipios y cada vez que llegaba la gente me abrazaba, soy muy cercano a la gente, sufro con la gente. Todas estas variables me hacían pensar que íbamos bien. Bueno, naturalmente nunca fui triunfalista. Es más, yo hice varios experimentos que los expertos en marketing político tendrán que estudiar. Por ejemplo, no puse una sola valla. No gasté en vallas”
Las vallas donde lo veíamos, ¿quién las puso?
“Muchos concejales o alcaldes les parecía interesante aparecer con Luis Pérez en las vallas. La verdad es que no sé en cuántas vallas aparecí, pero lo cierto es que de nuestra campaña no hubo”.
Usted siempre ha hablado que tiene un cofre en el que guarda los rencores. ¿Todavía existe?
“No es un cofre, es un cajón de los odios”.
¿Ya es un cajón?
“¡Es un cajón de los odios, de comino crespo! Ustedes nunca han visto a Luis Pérez ni triste ni buscándole pelea a nadie ni perpetuando odios. Hay que saber perdonar, para perdonar se necesita fuerza y para ser feliz se necesita olvidar. Uno tiene que amar a los enemigos en secreto porque los enemigos ayudan mucho. Ayuda mucho más un enemigo que un amigo, porque el enemigo te hace trabajar con más juicio, entonces, los enemigos son una bendición”.
Pero entonces, ¿por qué creó ese cajón?
“Ser independiente tiene un precio para todos. Todo dirigente popular es sospechoso. Lo mismo ha ocurrido con los grandes hombres. Ser reformador en este país es muy difícil. Hay gobernantes que prefieren utilizar los medios de comunicación para que los elogien, esa es una alternativa muy interesante que se ha dado y que se tolera. En los últimos tiempos hemos caído en un asunto que es casi criminal y es que algunos periodistas reciben dádivas para calumniar al otro, esa es un actitud que no es conveniente para la sociedad, que le hace mucho daño a la libertad de prensa”.
En ese sentido, ¿cómo será su relación, puntualmente, con algunos periodistas?
“Con todos la voy bien, que ellos la vayan mal conmigo es distinto, pero a todos los quiero. Soy un admirador de muchos de los que escriben mal contra mí, me da pena decirlo, pero soy admirador de los que hablan mal de mí”.
A usted lo persiguen unos fantasmas. Por ejemplo, se dice que usted tiene investigaciones. ¿Por qué cree que la gente sigue pensando que usted es un hombre investigado por la justicia?
“¿De dónde lo sacan ustedes? Ustedes lo preguntan todo el día y lo escriben. La pregunta que hago es ¿de dónde sacan eso?”.
Le repito, ¿por qué cree que la gente se quedó pensando que tiene investigaciones?
“Le devuelvo la pregunta: ustedes los periodistas de dónde sacan que tengo investigaciones. Lo que pasa es que el periodismo se ha metido en algo que es sumamente peligroso y es generar la sospecha. Hoy es más importante la sospecha que la verdad. La información es una mercancía. Y cuando eso es así la verdad es desplazada por la especulación”.
A usted le aplauden muchas cosas, por ejemplo dicen que es un buen gerente, pero critican a la gente que lo rodea. ¿Qué piensa?
“¿Usted quién cree que me rodea? (Silencio). Lo que pasa es que yo rescaté la opinión de los pobres. Los más pudientes creen que los pobres no tienen opinión sino que a los pobres se les compra la opinión. Creen que los pobres no votan voluntariamente o que no opinan voluntariamente, ellos creen que los pobres están relacionados con los ilegales, que los pobres son sospechosos, que el que tenga una relación con un barrio popular es una persona que está cerca a algún tipo de ilegalidad. Visito muy poco los barrios populares y sin embargo ustedes creen que yo vivo en los barrios populares, los barrios populares ven en Luis Pérez una persona que en todos sus discursos están tratando de luchar contra la inequidad. No tengo directorio político, la invito a que pregunte dónde Luis Pérez ha tenido un directorio político. ¿Quién tiene las maquinarias hace 12 años en Medellín y en Antioquia? ¿Quién tiene el clientelismo en Medellín y en Antioquia? Lo tiene el grupo del doctor Fajardo, llevan 12 años con maquinaria, con un poder económico, con la politiquería de nombrar gente. Dígame si Luis Pérez tiene una sola persona en un puesto. Si Luis Pérez ha tenido algún contrato público, yo jamás en mi vida he tenido un contrato con el Estado. Mi familia no tiene nada que ver con el Estado. Los pobres me quieren a mí es por mis ideas”.
¿Extraña algo de sus días de rector de la Universidad de Antioquia?
“La Universidad de Antioquia está llena de peligros. Pareciera que la autonomía universitaria la exigieran también los bandidos. Ser rector es uno de los puestos más honrosos que le puedan dar a alguien. Tenemos que buscar que la Universidad de Antioquia funcione. Me da pesar que la dirigencia antioqueña no se preocupe por la Universidad. La U. de A. lleva cerrada un mes y eso le está costando más de 100.000 millones de pesos al departamento, solo por hablar de la parte presupuestal. ¡Y a nadie le importa! No he escuchado a un dirigente levantar la voz”.
¿Usted cree que Antioquia es la más educada?
“Para decirle la verdad, Antioquia la más educada se quedó en cascaron vacío. Los resultados no han sido efectivos. La educación tiene muchas variables. Creo que todo lo que se invierta en educación hay que reconocerlo, no obstante considero que Antioquia la más educada se quedó en un programa inmobiliario, de construir 80 parques bibliotecas. En mi administración le vamos a dar un buen uso. Lo que a mí me da mucha preocupación es que al lado de un Parque Biblioteca queda una escuela o un colegio completamente caído porque no se han destinado recursos para mantener los colegios. La variable de infraestructura no es la única para resolver los problemas educativos. Lo que sucede es que queremos hacer el cambio sin los maestros. Uno no puede mejorar la educación contra los educadores. Un cambio en la educación tiene que empezar por un cambio en los planes de estudio, en la pedagogía. La educación no puede ser solamente un parqueadero de estudiantes. La calidad de la educación no la despachamos diciendo que vamos a construir 2.500 colegios o que haremos 120 bibliotecas, sí, todo eso ayuda, pero tenemos que entender que hay que trabajar en los educadores. Tenemos muchos retos, más allá de construir edificios”.
Esas ideas que usted dice que son innovadoras con las que hizo la campaña también fueron muy atacadas, como por ejemplo, la universidad virtual o el carril exclusivo para las motos. ¿De dónde salen?
“Yo soy un solucionador de problemas. Si usted consulta a mi familia y a mis amigos desde que era pequeño a mi se me perdía un peso y empezaba a trabajar para buscarlo. Siempre he mirado el futuro con optimismo. Soy un reformador, yo me gozo el sector público. Me han ofrecido que me vaya de embajador y eso me parece un cargo perezoso. A mí me gustan los puestos en los que hay que solucionar problemas. Soy muy estudioso. En las noches lo que hago es estudiar tema por tema y ahí es donde salen las soluciones. Lo de las motos no es populismo, no, decir que se necesitan motorrutas, no es populismo, es una conclusión de estadista. En Colombia el 16 por ciento de los viajes públicos se realiza en moto y en ningún POT en Colombia se habla de las motos, por eso en el Plan de Desarrollo de Antioquia quiero crear un proceso donde empecemos con experimentos de unir municipios con vías exclusivas para motos y así acabar con la accidentalidad. También quiero construir vías para caminantes”.
¿Ya tiene nombres para el gabinete?
“¡Ninguno! Ni nombres ni compromisos”.
FLA, Idea, Secretaría de Gobierno...
¡Ni nombres ni compromisos! ¡No tengo compromisos con nadie! Primero haré el empalme y de acuerdo con eso voy a empezar a mirar cómo está el departamento y luego miraré cuáles pueden ser las personas que puedan pensar en grande y que nos permitan construir una gobernación histórica. Esta es una oportunidad que no voy a desaprovechar. Vamos a seguir removiendo estructuras y seguramente habrá controversia, pero las tormentas son buenas”.
¿Hace cuánto no parrandea con vallenatos?
“¡Uy hace mucho! Pero iré al Festival Vallenato. Ya tengo esa fecha en mi agenda. También me gusta mucho la salsa y el reguetón. Hay varios sitios en Cartagena que me gustan mucho para escuchar salsa”.
Hábleme de su familia, ¿cómo asumieron este triunfo?
“Mi familia hoy está muy feliz, pero antes de la campaña estaba muy triste. No tengo ningún familiar político ni que tenga contratos con el Estado, mis hermanos están en el sector privado. Debo decir que mis hermanos no aguantan los insultos de la gente y por eso la campaña fue compleja. Sufren por meterme en estos temas. Hoy que he ganado ya están comprando vestidos para la posesión”.
Alguna de sus hermanas lo va a acompañar en la oficina de la primera dama...
“¡No lo sé!”.