Por donde hasta ayer, y durante tres o cuatro años vivían habitantes de calle y drogadictos, pasó la quebrada Santa Elena. Ese centro de la exclusión social y la delincuencia, fue en otro momento de la historia de Medellín un intento de polo económico y referente de una urbe naciente.
La avenida de Greiff, nombrada por la Policía como “el Bronx” de la ciudad (haciendo referencia al conocido centro del vicio en Bogotá) y que cubre el afluente más tradicional del Aburrá, amaneció hoy con moradores no tan habituales. Policías y funcionarios de la Alcaldía caminando por las aceras, cargando los escombros que dejaron las demoliciones de ollas de vicio, que empezaron después de las 4:30 a.m.
El de ayer fue un panorama dramático. Más de 800 miembros de la Fuerza Pública, fuertemente armados, despejaban el sector ante la mirada sorprendida de unos y el llanto de otros. Mientras tanto, las retroexcavadores derribaban las estructuras que servían de albergue para consumir bazuco o inyectarse heroína.
“Tantos años de tristeza y dolor que generaron a las personas. Instrumentalizaban a cientos de habitantes de calle que se han ido consumiendo por el vicio y las drogas. Para nosotros hay dos puntos importantes en esta intervención: la lucha contra criminales y recuperar vidas”, dijo el alcalde Federico Gutiérrez.
Esta semana la Alcaldía estará haciendo la demolición de los predios y reforzará la vigilancia en la zona para evitar que los lotes sean invadidos. Aquellos a los que se les aplicó la extinción de dominio pasarán a manos de la Sociedad de Activos Especiales.
La Alcaldía analiza la posibilidad de crear un espacio público —un parque o equipamiento urbano— en el sector, pero el proyecto está en evaluación. Los negocios que funcionaban allí (parqueaderos, licoreras, restaurantes y chatarrerías), se cerraron.
El antes y el después
La avenida de Greiff se construyó en 1945, recuerda el docente de arquitectura y miembro de las Escuela de Hábitat de la Universidad Nacional, Luis Fernando González.
Explica que, tras cubrir con asfalto la Santa Elena, se pensó en una vía que llegara a la estación Villa. “Hubo una renovación cuando se hizo la avenida. Llegaron locales, edificios. En los 50 se hace el edificio de EPM, el Miguel de Aguinaga”.
Pero las cosas cambiaron, relata Gregorio Henríquez, antropólogo docente de la UPB, entre otras, por razones como los operativos de intervención en antiguas ollas de vicio como las cuevas en Barrio Triste y los Puentes, cerca a la estación del metro Prado.
“El sector ha presentado una problemática social que no es de ahora, viene creciendo y el punto al que se llegó, que es la intervención, es resultado del dejar pasar. Aunque hay programas de la Alcaldía, los habitantes y drogadictos se volvieron parte del paisaje. Hay indiferencia social, política”, subraya.
Agrega el académico, que la situación de los habitantes de calle en Medellín está sobre diagnosticada. “Ellos, los drogadictos, llegan a ese punto porque la sociedad los expulsó, fracasaron procesos educativos y familiares. Si no se intervienen también los ambiente sociales y familiares van a a retornar a la calle”.
Presencia institucional
La Secretaría de Inclusión, que viene adelantando un programa para drogadictos y habitantes de calle, estuvo durante el operativo de intervención ayer en la avenida de Greiff. Puso a disposición el programa Centro Día, para las personas que quieran iniciar un proceso de recuperación.
Hoy la Secretaría presentará el programa de atención para los habitantes de la calle que salieron de la avenida de Greiff. Este incluye alimentación, atención sicosocial, actividades recreativas y la posibilidad de iniciar proceso de resocialización.
El alcalde revela que, en promedio, 500 personas permanecían, a diario, en el sector, consumiendo drogas. “El reto no era solo la operación. Hay que generar oferta social, en salud pública. Estas personas llegaron a niveles máximos de enfermedad, tenemos que salvar vidas. Se mantienen la oferta social, pero depende de la voluntad de someterse a tratamientos”, anota.
Esta vez, la Administración local confía que recuperará la avenida de Greiff, como el referente de ciudad que siempre fue. Pero más que eso, se compromete a seguir en la difícil lucha de rescatar de las drogas a 3.000 ciudadanos que, calcula están en la calle por cuenta de ella .
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viviendas fueron demolidas ayer por las autoridades en la Avenida de Greiff.