En silencio. Así han venido manejando los 48 propietarios del edificio Bernavento el drama que para ellos significa habitar en un conjunto residencial que, a pesar de haber sido construido en 2008, tendría que ser repotenciado para que les ofrezca, a ellos y a sus familias, las características propias de un techo seguro.
Lina María Urrea Builes, una de las propietarias, es ingeniera y, en lenguaje sencillo, traduce los problemas que tiene la obra diseñada en su parte estructural por Jorge Aristizábal Ochoa. Este último es el mismo calculista de Space, la unidad residencial del sector de El Poblado, cuya torre 6 colapsó en octubre de 2013 y que, por sus fallas en las restantes etapas 1 a 5, fue demolida.
Cuenta Lina que, en Bernavento, situado en la Loma de Los Bernal, en el occidente de Medellín, algunas columnas se han hundido, o asentado, hasta 25 centímetros. Eso podría ser normal en una edificación con más de 40 años de antigüedad, pero no en una tan reciente.
Las deficiencias en las columnas generaron fisuras en las losas de parqueaderos (que atraviesan vigas y nervios), desprendimientos de fachada, grietas en muros de fachada y humedades.
Con sentido pedagógico, la ingeniera remite al caso de una persona que, al tener tal diferencia en sus piernas, el peso corporal se le recarga sobre una de sus extremidades inferiores, cojea y su estructura ósea se resiente. El multifamiliar de 18 niveles y 54 metros de altura tiene un agravante: dice Lina que las fundaciones o pilas de cimentación debían estar a 20 metros y los registros mostraban que estaban entre 14 y 15 metros de profundidad.
El fresco recuerdo del derrumbe de la torre 6 de Space prendió las alarmas en los residentes de Bernavento, quienes ese mismo año contactaron al Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Emergencias y Desastres (Dagrd) para que les evaluara su edificio. Así lo hizo la entidad, que recomendó seguir con atención la evolución de los problemas y realizar un estudio urgente de vulnerabilidad sísmica o estructural, para establecer la causa de los daños y las acciones a seguir.
Carlos Alberto Gil Valencia, director del Dagrd, le confirmó a este diario que la entidad hizo una inspección y estableció que no existía un alto riesgo de que la edificación se fuera a venir al piso. Por eso no se dio la orden de evacuar la copropiedad y el asunto se pasó a Vivienda Segura, del Municipio de Medellín. Hasta ahí, dijo, llegó su intervención, porque los propietarios no volvieron a pedir visitas.
En Vivienda Segura el tema fue conocido por el hoy exgerente, Diego Restrepo Isaza, a quien, sin éxito, este diario intentó localizar. Con él se quería contrastar la versión que da Lina María Urrea Builes, en el sentido de que el funcionario “me dijo a mí y a otras personas que no nos convenía hacer el escándalo ante los medios, porque se nos desvalorizaría la propiedad. Que lo mejor era que hiciéramos el arreglo y que luego demandáramos al constructor”.
El Colombiano le consultó esa versión a Santiago Sierra Ospina, sucesor de Restrepo Isaza y quien está muy al tanto del caso de Bernavento. Esta fue su respuesta:
“La Gerencia de Vivienda Segura ha realizado acompañamiento a la situación presentada en el edificio Bernavento. El procedimiento de reforzamiento estructural, por tratarse de una relación privada, corresponde a la constructora y a los propietarios y son ellos quienes determinan la suerte de los mecanismos de solución a los inconvenientes que se presentan. La única recomendación entregada a los propietarios fue iniciar la búsqueda de soluciones técnicas y mecanismos jurídicos para proteger sus derechos”.
Sierra Ospina corroboró el bajo perfil que los moradores de Bernavento le han dado al tema, quienes consideran que, evitando el ruido, protegen su patrimonio de la desvalorización, pues tal efecto es el que le atribuyen a la repotenciación de la edificación.
No obstante, el funcionario reconoce que el asunto, aunque privado, también tiene connotaciones de responsabilidad social. ¿Qué pasa, por ejemplo, con quienes están interesados en comprar allí o en tomar en alquiler uno de estos apartamentos? ¿Tienen ellos derecho a que les pongan al tanto de los problemas que hay en fundaciones y en estructuras?
De hecho, una fuente del edificio, que pidió reserva de su nombre, advirtió que “la gente que tiene modo se fue y otros vendieron. Otros seguimos pagando los créditos de vivienda y no nos queremos marchar”.
El actual gerente de Vivienda Segura considera que el procedimiento de reforzamiento estructural ya está inventado, desde antes de la crisis generada por las obras del grupo CDO que tuvieron la firma del ingeniero Aristizábal en los diseños estructurales. En su concepto, esos reforzamientos se dan todos los días, la ley los tiene previstos jurídicamente y también hay manejo técnico para ellos. Anota el abogado que, aunque sea difícil de explicar, edificios actualizados en normas de sismorresistencia se tornan más seguros y resistentes.