Este martes hacia las 9 de la noche, un sismo de magnitud 6.1 con epicentro cerca de Mutatá (Antioquia), y que se sintió fuertemente en ciudades como Medellín y Montería, tomó a casi todos por sorpresa. Pero, gracias a una casualidad, había quienes estaban preparados.
Durante todo el día, un falso mensaje del Servicio Sismológico Nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México (SSN), en el que se advertía de “una posible estimación de sismo en Colombia y Venezuela, y que en las próximas horas podría suceder en el centro de la Cordillera Andina”, estuvo circulando como cadena de Whatsapp en varios países de América Latina.
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El mensaje invitaba a los ciudadanos “a estar pendientes y tener botiquín de primeros auxilios, así como pilas y radios en buen estado, maletín con ropa y alimentos (...) Recuerda ubicar tu centro de atención de emergencias así como los albergues que estén en tu localidad. (...) Por favor pasa este mensaje a tus familiares y amigos para que estén prevenidos”.
Ese mismo martes, a las 8:48 de la noche, el SSN aclaró a través de su cuenta de Facebook que “los sismos no se pueden predecir. Ningún método o tecnología actual permite conocer cuándo ocurrirán”.
“¿Qué sí sabemos? México comprende regiones donde han acontecido grandes sismos. Nuestro país se encuentra en un contexto tectónico en el cual se pueden presentar. ¿Cuándo? No es posible saberlo. ¿Qué podemos hacer? Estar preparados y bien informados sobre qué hacer antes, durante y después”, explicó el organismo en sus redes sociales.
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Pero sólo diez minutos después, buena parte del centro y el norte de Colombia se sacudían por el temblor de tierra que, hasta el momento, no deja daños estructurales significativos ni víctimas mortales.
Eso no significa que la cadena de Whatsapp fuera cierta, sino que, por casualidad, el sismo coincidió con el falso rumor que bien pudo haber estado circulando desde hace varios días.
Jaime Enrique Gómez, subdirector del Departamento de Gestión de Riesgo de Desastres, desmintió el mensaje que los usuarios envían por la aplicación de mensajería e insistió en que los sismos “no pueden ser predecibles. Hagamos caso omiso a este tipo de mensajes y no los compartamos. Es mejor remitirse a fuentes oficiales”.
Aún así, la coincidencia entre la falsa cadena y el sismo de este martes no deja de sorprender. Y aunque científicamente los sismos no se pueden predecir, el bromista que inventó el mensaje tal vez debería incursionar en el mundo de la adivinación.