El golpe que sufrió no solo la Alcaldía, sino toda la comunidad envigadeña con la captura del mandatario local, Raúl Cardona, es innegable. Ante este hecho, la Oficina Asesora de Comunicaciones lanzó una campaña institucional, como la calificó el mismo despacho, para levantar la imagen y reponerse del impacto que sufrió la administración.
En la primera planta de la sede de gobierno hay pancartas y piezas gráficas en ascensores, paredes y sobre el piso, que desde la semana pasada reciben a los usuarios que se acercan al edificio. El mensaje es claro: Ahora más que nunca yo creo en Envigado.
Sin embargo, para el veedor ciudadano Wílber Montoya, esta campaña “levanta suspicacias porque el nombre de Envigado podría reemplazarse fácilmente por el del alcalde”.
Para este despliegue comunicativo la Alcaldía invirtió 6.700.000 pesos, recursos públicos que, en el concepto de algunos analistas hacen parte de una “campaña política permanente”.
No obstante, Carolina Rendón, jefe de Comunicaciones local, señaló que es una campaña más, como las que hacen cada dos o tres meses, y no puede relacionarse con los líos jurídicos del alcalde y otros funcionarios, porque las piezas no tienen en ellas ningún nombre ni apoyan abiertamente a alguien. “Es comunicación pública”, indicó.
Marketing político
Para Pedro Piedrahíta, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Medellín, esta iniciativa se puede observar desde dos dimensiones.
Una desde el marketing político, que indica que es el paso a seguir para superar una crisis en la que se perdió credibilidad. La otra, desde el papel de la ética en la administración pública, porque aunque la campaña no es directa, cualquier persona con el contexto se dará cuenta del fondo del asunto, un apoyo al alcalde.
“Igual usan recursos públicos para esto, así sea solo un centavo. La pregunta a los promotores es por qué ahora hay que creer en Envigado, y si es que antes no se creía o qué pasaba”, cuestionó Piedrahíta.
El docente hizo la analogía con la campaña en apoyo a EPM por Hidroituango, cuando se creó una identidad para que la gente se apropiara de esta y evadir críticas. “Es como decir: todos somos Envigado, el que no crea en nosotros será mal visto”, dijo.
Luz Marina Aristizábal, asesora de la Alcaldía, explicó que la estrategia no es otra cosa que un método para manejar la crisis. “No nos podemos quedar al margen, estas situaciones hay que paliarlas y no se resuelven quedándose callados y escondiéndose”.
Justificó la acción comunicativa en el hecho de que el plan de desarrollo local está ejecutado en cerca del 90 %, al explicar que el hecho de que el líder del mismo no esté en la Alcaldía, no libra del compromiso de dar cumplimiento a lo faltante, y tratar de no caer en la ingobernabilidad.
“El papá de la casa está metido en un problema mayor, y estamos esperando qué va a pasar. Todos esperamos recibir información para compartirla, lo bueno y lo malo”, expresó Aristizábal.
Campaña permanente
El mensaje de la campaña y el momento en que fue lanzado no es casual, en opinión de Néstor Julián Restrepo, doctor en Política y Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid.
El experto indicó que con estas piezas gráficas se genera un manto de duda e incluso alimentan un fenómeno nacional: el político que toma un protagonismo desmedido desplazando a la institución, la administración municipal, a un segundo plano.
Esta campaña oficial estuvo precedida por mensajes de apoyo ciudadano en redes sociales con la etiqueta #YoCreoEnRaúl.
Durante las crisis, dijo Restrepo, la mejor comunicación es cumplir las promesas para las cuales se elige al mandatario, pero en Colombia “se ha entendido que se debe jugar con el alto consumo de publicidad, haciendo propaganda con el erario, y las procuradurías deberían estar muy pendientes de esos gastos”.
Las elecciones 2019 también juegan un rol, a juicio de los expertos. “Lavar la imagen es clave en tiempos de crisis, porque sectores liberales en Envigado temen perder su fortín y que llegue otro partido”, dijo el profesor Piedrahíta.
La campaña, señaló Restrepo, busca que pese al lío jurídico del alcalde, su programa de gobierno quede en alto, preparándose para no perder lo que calificó como un “principado” en Envigado.
6,7
millones de pesos invirtió la Oficina de Comunicaciones en su campaña institucional.