Uno de los momentos más impactantes de su vida lo vivió ayer, en la sede de la Funeraria San Vicente, el brasileño Roberto Demachi, cuando tuvo que confirmarle a su familia en Chapecó, la muerte, en el siniestro el lunes en La Unión del avión de Lamia, de su primo Nilson Folle Junior, director Financiera del equipo Chapecoense.
En medio de la tristeza, pero fortalecido por la forma como lo acogieron en Medellín, este hombre que ronda los 50 años de edad, contó que más que un primo a Nilson lo consideraba un hijo, porque siempre estuvo al frente de la familia y, por esto, “esa era mi obligación, estar acá con él”.
Relató que Nilson, de 29 años, que era administrador, siempre estaba con el equipo en todo y lo acompañaba en los vuelos, porque era un empresario muy dedicado y, además, su padre fue uno de los fundadores del elenco, en 1973.
“Nilson se vinculó a la Asociación Chapecoense desde 2008, cuando el equipo fue sometido a una reorganización y fue así como ascendió desde la cuarta categoría hasta llegar a la primera”, relató.
Esperanza desvanecida
Contó que su primo tenía novia hace 5 años, pero no hijos y en Chapecó le sobreviven el padre, la madre y dos hermanos casadas, porque él era el menor.
Sobre la forma como recibió la noticia del accidente dijo que a las 4:00 a.m. del martes (1:00 a.m., hora de Colombia) entró una llamada en su casa donde le dijeron que había ocurrido un accidente de un avión que había salido de Bolivia, pero que había varios sobrevivientes.
“Entonces llamé al hospital San Vicente y a otras entidades de salud de Medellín, pero nadie me dio razón. Cuando amaneció cogí la prensa y se hablaba que había más muertos que vivos, pero la esperanza de que mi primo estuviera con vida no la descarté, aunque su nombre no estaba entre los 6 sobrevivientes. Sin embargo viajé el miércoles a Medellín y esa lucecita no se me había apagado ni tampoco en su casa.
Ahora, aquí en la funeraria cogí mi celular me tomé una foto al lado del féretro y se la mandé a los padres y resto de la familia, para que supieran que esa llamita sí se había extinguido”, concluyó el relato.
Ceremonia en Chapecó
El segundo médico de Chapecoense, Fabiano Winckler (el titular, Marcio Bestene, murió en el accidente), dijo que Chapecó esta abatida, porque es una ciudad pequeña donde todo el mundo se conoce y el equipo era uno de sus patrimonios.
Anotó que a más tardar mañana sábado esperan hacer una ceremonia exequial colectiva en Chapecó, pero los cuerpos luego serán llevados a sus ciudades de origen, ya que todos son de distintas regiones de Brasil y el único del estado Santa Catalina, al que pertenece Chapecó, se quedó allí.
Contó que no saben nada del futuro del equipo, porque el presidente, el director financiero y el técnico fallecieron y el único que no viajó fue el vicepresidente.
“Nos piden que juguemos el 11 de diciembre la última fecha del Brasileirao, contra Atlético Mineiro, pero los directivos de este dijeron que no irán a Chapecó por respeto al luto que vive la ciudad, entonces este año se acabaron las actividades deportivas y los jefes que quedaron decidirán qué hacer en 2017.
El doctor Pedro Villa, viceministro de Gobierno de Bolivia, dijo que de su país son cinco muertos y dos sobrevivientes, pero espera partir con todos este viernes en las primeras horas de la mañana.
De los heridos nos dijeron que están fuera de peligro y “si los médicos lo disponen nos iremos con ellos”.
Con respecto a la empresa aérea Lamia, afirmó Villa que, como es una entidad privada y había realizado varios vuelos similares sin problemas, no conocían que tuviera los inconvenientes que se han denunciado luego del siniestro, pero la Aeronáutica de Bolivia está investigando y tomando decisiones.