Hasta hace dos semanas, aún con grietas sobre la carretera, a la altura del kilómetro cinco en la vía entre Amagá y Fredonia, algunos carros se animaban a cruzar por allí. Pero desde el 17 de mayo, cuando la tierra cubrió por completo el paso, las autoridades ordenaron un cierre total.
A esto se suma el ayer cierre de la vía al suroeste, en La Huesera, hecho que agrava la situación en la zona.
En la vía a Fredonia hoy ni siquiera se trata de un taponamiento de tierra sino que la banca ya no existe, fue arrastrada más de 30 metros abajo de su posición normal. El terreno presenta hundimientos progresivos que no se detienen y amenazan con ocasionar nuevas afectaciones.
Para los municipios de Fredonia y Venecia, a los cuales se llegaba por esta vía, el problema es crítico porque por las rutas alternas hacia Medellín el recorrido dura hasta cinco horas (ver mapa). Los alcaldes de ambas localidades temen por el desabastecimiento de alimentos y piden acciones concretas a los entes encargados del mantenimiento del tramo.
¿Qué fue lo que pasó?
El sector donde está la afectación es conocido como La Bonita. Jaime Gómez, director de Desarrollo Físico de la Secretaría de Infraestructura de Antioquia, explicó que allí existe una falla geológica antigua que se activó por el invierno.
“Los suelos se saturaron de agua y eso aceleró movimientos en masa de tierra. Es una situación compleja que tenemos que analizar con el Dapard porque afecta también propiedades privadas que ameritan la participación de este organismo”, detalló.
La situación no sería nueva sino un suceso que ha sido periódico. Juan Arango, administrador de la parcelación Altos de La Bonita (también afectada por la emergencia), contó que en 1984 ocurrió lo mismo con esta falla geológica.
“A mí me tocó presenciarlo porque he vivido siempre en Amagá. Cuando el suelo se llena de agua se reactiva esa inestabilidad y pasa lo que pasó ahora”, comentó.
La Gobernación envió a la zona un grupo de ingenieros y geólogos, pero revelaron que el fenómeno es complejo.
“Hasta que no baje el invierno será difícil tomar soluciones. Una definitiva necesita estudios y para ello necesitamos tiempo”, observó Gómez, sin dar una fecha estimada para la reapertura, aunque podría tratarse de meses.
Afectaciones
La etapa cuatro de la parcelación Altos de la Bonita fue prácticamente arrasada por los deslizamientos, pero allí no había nada construido. El resto de las 64 casas sufrieron averías menores, mientras que la vía para acceder a algunas de ellas también quedó destruida.
En Fredonia, el alcalde local Mauricio Toro reveló que el problema está generando especulación en el precio de alimentos. Las verduras, por ejemplo, registran un incremento del 100 %. Además, el mandatario dijo que el combustible empieza a escasear.
“Otro tema es que el operador del Programa de Alimentación Escolar nos dijo que no puede funcionar porque pierde plata”, señaló Toro.
Ferney Darío Fernández, alcalde de Venecia, dijo que para salir del municipio los pasajes de transporte aumentaron un 80 % y, que al igual que en Venecia, es inminente el aumento en el costo de todos los productos de la canasta familiar.
Afirmó que desde hace más de una semana se sienten “aislados” y que la vía alterna más rápida, por el sector Piedra Verde, es difícil de transitar por estrecha y por el estado de la vía.
Aunque Amagá no está sufriendo mayores afectaciones, la Administración Municipal tuvo que intervenir, en conjunto con la Policía, en un viejo puente por donde pasaba el ferrocarril que estaban usando como paso vehicular debido al cierre de la vía.
“Existe desde 1925. Ordenamos cerrarlo para evitar accidentes. Se trata de un puente de 150 metros de largo ubicado en un cañón en el que habían improvisado un paso para carros y motos”, anotó Wilser Molina, alcalde de Amagá.
Los campesinos de la zona cercana al sitio del hundimiento de la banca son quienes se sienten más perjudicados. César Osorio, quien suministraba hasta 200 litros de leche diarios a una tienda de lácteos ubicada tres kilómetros arriba, pasando por la carretera que ya no existe, afirmó que las pérdidas semanales son de $1.400.000, y no sabe cómo va a pagar a los cinco trabajadores de su finca.
Mientras se resuelve el problema la Gobernación hará mantenimiento a las vías alternas para no aislar las poblaciones. En el lugar donde la falla destruyó la vía, el conductor de una camioneta se bajó, miró asombrado la magnitud del deslizamiento, y le dijo a su compañero de viaje: “Ah no Duván, es que aquí no quedó nada, viejo”.