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A las 4:00 a.m. de ayer sábado, Isabela Sánchez, una bebé de 11 meses se despertó como todas las mañanas para pedir su desayuno.
En medio del frío por la lluvia fuerte que había caído durante toda la noche, Graciela Hernández Rodríguez se levantó de la cama para alimentar a su niña y percibió un ruido extraño, como si la montaña rugiera.
En compañía de su esposo, y su bebé, Graciela salió rápido de la vivienda, no tuvieron tiempo de recoger sus pertenencias y ayer se encontraban con lo que llevaban puesto. “Todo se me perdió con el derrumbe, hasta el carné de vacunación de la niña”.
Según las autoridades, en la madrugada de ayer un derrumbe se presentó en la vereda Santa Rita, corregimiento de San Antonio de Prado.
Las primeras versiones indican que una vivienda quedó destruida y cinco más resultaron comprometidas. Con la luz de la mañana, Graciela observó que lo que fue su hogar estaba lleno de lodo y tierra. “Estoy triste porque la casa se cayó, pero gracias a Dios estoy viva”, dijo mientras cargaba a su bebé en los brazos.
Tiene 39 años y dos de ellos los ha vivido en el corregimiento. Siente que Dios le dio otra oportunidad, y que su hija la salvó, no obstante su futuro es incierto porque la casa quedó totalmente destruida y ella no tiene empleo. Su esposo trabajaba en el sector de la construcción, pero por una lesión, no puede laborar.
En los vecinos del sector se siente la zozobra. Las fuertes lluvias son una amenaza, porque el agua se resbala por distintas partes de la montaña. Efraín Vélez, vecino de la zona, pide a las autoridades un estudio y un manejo adecuado de las aguas. “En temporada de lluvias las aguas bajan por los callejones, se filtran y las viviendas registran humedades. Vivimos cerca de un cerro y se nos puede venir encima”, puntualizó.