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En Briceño ya sueñan con tierra y un nuevo futuro

En todo el país serán intervenidos 80 municipios, en Antioquia serán 90 mil predios en 25 poblaciones.

  • Arriba: Yeison y su familia con el subsidio. Derecha: Olga y Albeiro reciben su subisidio. FOTO Ricardo Monsalve
    Arriba: Yeison y su familia con el subsidio. Derecha: Olga y Albeiro reciben su subisidio. FOTO Ricardo Monsalve
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En Briceño ya sueñan con tierra y un nuevo futuro
19 de diciembre de 2016
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A lbeiro de Jesús Cuartas sostiene en sus manos un documento que significa lo que siempre soñó: una tierra propia, formalizada, con su espacio para él, su familia y unas vacas que le den la leche para iniciar el negocio que siempre quiso. “Las Ayudas, así se va a llamar mi terreno”, agrega, “ese nombre significa que no tendría que volver a los jornales en tierras ajenas, ya voy a trabajar en lo mío, para toda mi familia”.

Albeiro es un campesino que habita en la vereda El Palmichal del municipio de Briceño, y hasta hace pocos días su rutina era levantarse desde las 4:30 de la mañana, darle vuelta a su cultivo de coca y luego ir a una finca ganadera que administra. Ahora gracias a ese papel que tiene en sus manos, su futuro inmediato está a punto de cambiar para poder hacer realidad el sueño que describió. Él y otras 135 familias de 11 veredas (ver mapa) de esa población del Norte de Antioquia salieron beneficiadas con un subsidio que el Gobierno, por medio de la Agencia Nacional de Tierras, entregó para que esas personas puedan adquirir un pedazo de tierra e iniciar un proyecto productivo.

“El subsidio está dividido en tres partes: son 86 millones de pesos en total, cerca de 64 son para compra de tierra, 20 son para implementar un proyecto productivo y los dos millones restantes son para los gastos notariales”, explica Miguel Samper, director de la Agencia Nacional de Tierras.

Según el funcionario, lo que ocurrió en Briceño es algo histórico en el país, no solo por ser los primeros subsidios que entrega la Agencia, también porque es una evolución en cómo se gestionaba la tierra. “Las anteriores instituciones esperaban a que el campesino fuera a sus oficinas en Bogotá o Medellín para solicitar la adjudicación de un predio o un proyecto productivo, nosotros no. La Agencia Nacional de Tierras va a ir por todo el territorio nacional acercándose a los campesinos para solucionar los conflictos sobre la tierra, en el territorio”.

En principio, serán 80 municipios en todo el país los que serán intervenidos y en Antioquia, específicamente, serán 25 poblaciones, 90 mil predios, 90 mil familias en el departamento que tendrían la oportunidad de tener solución a los problemas que tienen sobre la tierra. La Agencia Nacional de Tierras llama a este procedimiento “barrido predial”.

“Desde la Agencia tenemos presupuestado intervenir más de 80 municipios a nivel nacional, hemos entablado conversaciones con la Gobernación de Antioquia, Cundinamarca, Sucre, Córdoba, Bolívar. Tenemos la voluntad política, los recursos disponibles, lo que estamos esperando es que los gobernadores se manifiesten positivamente en favor de este proyecto que es el más ambicioso en la historia del país en materia de formalización masiva de la propiedad”, dice Samper.

Herencia para los hijos

Yeison Andrés Carrasquilla y Martha Muñoz también fueron beneficiados con los subsidios, actualmente viven en la vereda El Roblal con su hija Yalena de 18 meses.

Yeison reconoce que sus únicas oportunidades hasta el momento están relacionadas con la coca o, de pronto, con uno que otro jornal que salga, pero ahora con el subsidio recibido asegura que ve un futuro diferente para él, su pareja y su niña, quien ahora cuenta con una herencia: la tierra de sus papás.

“Yo la verdad no lo creo aún, cuando me inscribí para el beneficio tenía mis dudas pero ya lo tengo en mis manos”, dice el joven papá.

Esta pareja ahora piensa en comprar una tierra y cultivar café, “mi familia siempre tuvo café, mi papá me enseñó a cultivarlo y ahora esta oportunidad no la voy a desaprovechar, quiero tener una casa bien paradita para la familia y un buen cultivo para trabajar”, agrega Yeison.

Por su parte, Martha confiesa que en lo primero que pensó fue en su niña, mientras observa lo que dice el documento, asegura que eso significa libertad para su familia, “no tendremos que trabajar más tierras que no son de nosotros, la comida puede salir desde nuestro predio, la niña va a poder tener una herencia, algo que ni Yeison ni yo tuvimos”.

Algo similar va a ocurrir con los hijos de Olga Patricia Vélez Muñoz. Esta señora de 46 años es madre cabeza de familia, del papá de sus tres hijos no sabe desde hace un buen tiempo y parte de su familia o tuvo que salir del municipio o cayó en la confrontación armada entre guerrilla, paramilitares y Estado en esa zona del departamento.

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar tiene una de sus hijas, el otro vive con sus abuelos y el menor sí vive con ella, Olga intenta que cada día salga una actividad laboral para poder llevarle comida y elementos de primera necesidad, “yo normalmente le cocino a los raspachines, ellos salen temprano a raspar las matas de coca y yo les preparo almuerzo, a eso me dedico la mayoría del tiempo, pero cuando no, pues busco jornal en alguna finca”, dice.

Según esta campesina, el subsidio que recibió le dará un giro de 180 grados a su vida, “en cualquier momento me devuelven a mi hija y cuando eso pase, ojalá llegue a su nueva casa, yo actualmente tengo una, pero no tengo tierra para trabajar. La idea es que en donde compre, en la vereda que sea, cultivar maíz, plátano, café”.

“Este es el primer paso de cosas buenas e importantes”, recalca Olga.

En esta entrega de subsidios, la Agencia Nacional de Tierras tuvo en cuenta a las víctimas del conflicto armado y a las madres de familia.

“Acá le garantizamos el acceso a las mujeres campesinas, cerca de la tercera parte de estos subsidios fueron para mujeres cabeza de familia, un 40 por ciento de los beneficiados son víctimas del conflicto armado, que sufrieron todos los estragos que generó esta guerra”, afirmó Miguel Samper.

Ocaris Areiza, presidente de la Junta de Acción Comunal del corregimiento de Pueblo Nuevo, celebró que en 11 de las veredas que comprenden su corregimiento se lograra repartir el subsidio, asegura que hubiera sido mejor que fueran más las familias beneficiadas, pero que igual es un gran paso para que la gente gane confianza con el proceso de paz y la institucionalidad.

“Hemos sido siempre unas comunidades muy abandonadas por el Estado y nosotros de esto no conocemos nada, nosotros caminamos porque vemos caminar a la gente, pero este es el momento para que nos vamos empoderando de nuestras tierras, porque ya empezamos a tener confianza en el Gobierno, yo me siento muy complacido a pesar de que aún falta mucha gente para salir beneficiada”, afirma el líder y agrega que esperan que esta entrega de subsidios “no sea la última, porque las necesidades no terminan acá”.

Por su parte, José Danilo Agudelo, alcalde de Briceño, reconoce la problemática que tiene su municipio respecto a la informalidad en las tierras y la incapacidad económica que hay para poder ponerle orden a ese inconveniente, sin embargo, reiteró su disponibilidad para colaborar con el Gobierno departamental y nacional.

“Hoy en Colombia, uno de los problemas para acceder a la tierra es la falta de titulación, por eso esto hay que abonárselo al gobierno nacional y al proceso de paz, porque en municipios como el nuestro, donde hubo tanta violencia, tenemos el gran inconveniente de la legalización de predios, eso tiene un costo tan elevado, que los municipios no lo soportan”, indica el mandatario local.

Apoyo al plan de sustitución

La entrega de subsidios benefició a familias que habitan en las once veredas donde también se adelanta el plan piloto de sustitución de cultivos de uso ilícito entre el Gobierno y las Farc y, aunque lo hecho por la Agencia Nacional de Tierras no tiene que ver directamente con ese proyecto, sí se convierte en un apoyo para que las familias beneficiadas no tengan que volver a pensar en cultivar la hoja de coca.

Vicente Román”, integrante de las Farc y quien hace parte del equipo de ese grupo insurgente para la sustitución de cultivos de uso ilícito, destacó el paso que se dio con la entrega de los subsidios.

“Sabemos que este no será el último paso que se dé para el beneficio de las comunidades campesinas, en este caso hubiéramos querido que muchos más salieran beneficiados, pero entendemos que todo este proceso fue bastante rápido y que va en la ruta que debe ser”, dijo el guerrillero, quien a su vez recordó que con el proceso de paz se busca es cambiarle la vida a los campesinos colombianos, “regresarles la importancia que siempre han debido tener”.

Por su parte, el director de la Agencia Nacional de Tierras recordó que lo que se hace con los subsidios también es un cumplimiento con lo acordado en La Habana entre el Gobierno y las Farc, y se puede interpretar como los primeros pasos sólidos de la implementación de ese acuerdo.

“El primer punto de lo acordado entre el Gobierno y las Farc se divide en dos: un primer punto que es garantizarle acceso a la tierra a quien no la tenga y además formalizarle la tierra a quien la ha estado trabajando, pero que no la tienen legalizada. No tener la tierra formalizada es como no tener cédula, sin la cédula no podemos votar, no podemos ser elegidos, no podemos acceder al sistema de pensiones, de salud. Lo mismo ocurre con el título sobre la tierra, sin ese título no se puede acceder a subsidios, a crédito, a un acompañamiento técnico; por eso la tierra al campesino es una llave que abre las puertas del desarrollo rural y eso es construir paz”, anota Samper.

Desde esa dependencia del Ministerio de Agricultura estarán verificando periódicamente que todos los campesinos beneficiados no tengan en sus nuevas tierras cultivos lícitos, “quien vuelva a cultivar algo ilegal, perderá su terreno”.

Desde la Oficina de las Naciones Unidas contra la Drogas y el Delito (Unodc) se califica esta entrega de subsidios para los campesinos como “la llave que abre las puertas del desarrollo rural en Colombia”.

En el mismo mensaje, Bo Mathiasen, representante en Colombia de la Unodc, afirma que “aquí no se trata de construir tejido social, pero si de restaurarlo y esa es una de las formas de incursionar en el tema de la formalidad, por ello alentamos el trabajo que se está desarrollando”.

“Julián subverso”

Integrante equipo de sustitución de cultivos de las Farc.

En Briceño ya sueñan con tierra y un nuevo futuro

¿Cómo va el proyecto piloto de sustitución?

“Nosotros ya hemos manifestado en diferentes ocasiones que somos enemigos de establecer plazos concretos. Esto es un proceso nuevo, inédito. Nosotros como Farc ya lo veníamos planteando desde los 80 y también en los diálogos del Caguán, de que tenía que existir un proceso de sustitución de cultivos de uso ilícito, pero apenas ahora, en el marco del proceso de paz es que se está logrando, entonces a la medida que de uno tiene en cuenta eso, hay que ser muy cuidadoso ante la desconfianza de la gente con la institucionalidad, entonces, si se apresura todo esto, a establecer plazos que no se puede cumplir, se destruye la poca confianza que queda”.

¿Pero entonces va a buen ritmo?

“Nosotros pensamos que va, como debe ir, algunas personas por parte de la institucionalidad nos han dicho que debe de ser más rápido, pero como le decía, todo tiene su tiempo, esto es un proceso de construcción de confianza y de mostrar garantías concretas a las comunidades de que simplemente no se va hacer lo que se hizo con el Plan Colombia de simplemente arrancar la mata y dejar al campesino con nada. Acá lo que vamos a demostrar es que el campesino, que se vio obligado a cultivar coca por el abandono estatal, se le pueden brindar otras soluciones integrales”

¿Los subsidios que recibieron las 136 familias son un paso importante en la realidad del país?

“Sí, relacionado con la construcción de confianza es un paso importante, porque entonces abonado a este esfuerzo de paz, la gente puede ir constatando de que en realidad se están dando unos pasos para generar garantías para esa sustitución voluntaria que tiene que ser integral. Por eso es que consideramos importante, como un primer paso de todo ese universo de integralidad que tiene que ser el plan de sustitución”.

¿Los integrantes de las Farc que están en este proyecto de sustitución seguirán en esta zona o se movilizarán a las zonas veredales?

“Las Farc, hasta el momento vamos a seguir en esta zona de Briceño, por lo menos nosotros no hemos recibido una orientación de que vamos a ir a esas zonas veredales transitorias de normalización porque nuestra tarea es acá en este esfuerzo conjunto”.

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