Mientras la Cancillería colombiana aún no se pronuncia sobre la solicitud hecha por la Procuraduría Nacional para que resuelva la situación de los migrantes cubanos varados en Urabá desde hace más de dos meses, en el albergue de Turbo, donde hay hacinados más de mil, este jueves nació la primera bebé en medio de este drama humanitario.
La pequeña, que llevará por nombre Tahiler, es hija de Aderelys Ofarril Alonso, una joven licenciada en cultura física de 27 años, y Juan Miguel Hinojosa Carrillos, de 21 años, que llegaron a la localidad urabaense con la ilusión de cruzar la frontera y llegar a Estados Unidos.
“Estoy acá porque vine a cumplir mi sueño de que mi hija nazca libre, alegre, sin miedo y que tenga derecho a todo lo que desea un cubano”, dijo Aderelys a los medios tras el nacimiento de su bebé en el hospital de Turbo.
El parto fue por cesárea y Tahiler, que llegó al mundo en perfectas condiciones de salud, pesó 2.900 kilos.
Aderelys es natural de Güines, provincia de Mayabeque, y es la primera en dar a luz de un total de 11 cubanas embarazadas que ocupan la bodega de Turbo que sirve de albergue a un grupo de inmigrantes que ya se calcula que supera los mil, pues las autoridades de Turbo creen que ante la imposibilidad de alojar más personas en este sitio, muchos llegan a instalarse en casas de familia y hoteles.
Emelides Muñoz, secretario de Gobierno de ese municipio, sostiene que “es posible que en otros sitios de Turbo haya más migrantes”, pero el dato oficial se desconoce porque, considera, muchos se ocultan.
A principios de esta semana, la Procuraduría General de la Nación le solicitó a la Cancillería que realice gestiones para resolver la situación de estos migrantes irregulares, que se encuentran hacinados en una bodega en condiciones infrahumanas, apenas con los servicios básicos de alimentación y agua potable suministrada por la Empresa de Acueducto local con apoyo de la Alcaldía, que la provee para garantizar los mínimos humanitarios a que tienen derecho estas personas por su condición de seres humanos.
De allí que el Ministerio Público haya emplazado al Gobierno Nacional a “desplegar acciones diplomáticas con los estados de origen y de destino de los migrantes para llegar a una solución”.
En el grupo de Turbo hay, según censo de los mismos cubanos, unas 1.300 personas, entre ellas 253 mujeres y 18 niños.
La misma recomendación de la Procuraduría la hicieron, en días pasados, la Policía, la Armada, la Gobernación de Antioquia, la Defensoría y el ICBF tras una reunión en la que se analizó la penosa situación de estos extranjeros, cuyo problema se agudizó tras el cierre de la frontera panameña el día 9 de mayo.
Mientras se toman las medidas, la Defensoría del Pueblo anunció que realizará una brigada en conjunto con la Secretaria de Gobierno de Turbo, el ICBF y el Ministerio de Salud para brindarles atención y tener un censo más certero sobre el número de personas, menores, mujeres embarazadas y adultos mayores que se encuentran allí hacinados.
