En grupos de tres o cuatro personas siguen llegando migrantes cubanos a Turbo.
Así lo denunció el secretario de Gobierno de la población, Emélides Muñoz, quien anotó que más de 500 personas continúan hacinadas en una bodega que les fue facilitada a los migrantes que permanecen en la población después del 10 de mayo, cuando Panamá cerró la frontera para los indocumentados que buscan ese país como puente para entrar clandestinamente a Estados Unidos.
El funcionario dijo que, según un primer censo oficial que han podido realizar por los servicios de salud que les presta el hospital de Turbo, hay en la bodega unas 500 personas, la gran mayoría de nacionalidad cubana. Algunos habitantes se han solidarizado con los migrantes y les han habilitado los patios y zaguanes de las casas para que armen cambuches y este número puede ser igual al que tienen censado.
Por esta atención médica, la Alcaldía de Turbo estableció que hay 9 mujeres embarazadas y 14 menores con edades que van de un mes a 16 años.
En un comunicado la Diócesis de Apartadó llamó al Gobierno Nacional y a la Cancillería para que tomen medidas para una solución adecuada a esta problemática y “no dejar que sean los ciudadanos los que de manera solidaria hagan todo lo que esté a su alcance para mitigar el sufrimiento de estos hermanos”..