Lejos de las grandes playas y las metrópolis de Brasil, para los poco más de 200.000 habitantes de Chapecó, su equipo de fútbol ha sido siempre su orgullo y entretenimiento del fin de semana. Por eso, hoy la ‘ciudad verde’ amaneció sumida en un profundo dolor.
La tragedia ocurrida en La Unión, Antioquia, sucedió cuando la mayoría dormían. Por eso, el shock fue mayúsculo cuando se enteraron que la ilusión que cargaban de ver al ‘huracán del oeste’ disputar una final internacional frente al actual campeón del continente había acabado hecha añicos en el sitio conocido como Cerro Gordo.
“Todavía estamos tratando de entender esto”, cuenta Francisco Bohner, periodista de Radio Chapecó, que no solo perdió al equipo que lo estaba haciendo soñar con la gloria deportiva, también a dos compañeros que volaban junto al equipo.
“Fernando y Douglas, mis dos compañeros, siguieron al Chapecoense toda la copa. Siempre estuvimos con el equipo. ¡Eran personas muy grandes!”, confiesa con un audible nudo en la garganta.
Chapecoense no solo era el equipo de fútbol de la ciudad. Estaba tan arraigado a ella, que la misma palabra es el gentilicio de los que viven en esta población de la región de Santa Catarina.
Por eso, tras la tragedia, el alcalde de la población Luciano Buligon aseguró a medio brasileños que viajaría cuánto antes a Medellín “para traerlos con dignidad a Chapecó”. Buligón era uno de los invitados a estar en el vuelo, que se salvó de estar en la tragedia por otro compromiso en San Pablo.
En ese mismo sentido, en Chapecó las autoridades enviarán un vuelo con las familias para que viajen también a la capital antioqueña.
Construyendo la ilusión
Hasta 2006, los chapecoenses tenían ilusiones modestas. Los de verde jugaban en la división D del fútbol de Brasil y no había como compararse a los grandes de ese país.
Sin embargo, desde ese año empezó un ascenso insospechado hasta que coronaron la primera división en 2014. Desde entonces, se empezaron a codear con grandes equipos de Sudamérica como River Plate e Independiente.
“La gente no cree lo que pasó, están llorando en las calles. Mucho torcedores se están reuniendo cerca del estadio para expresar su dolor”, cuenta Bohner.
Pero el luto ha superado las fronteras de esta pequeña ciudad industrial del centro de Brasil, que vive de la producción de carne.
Pablo Anibal Milanini es coordinador de producción de la televisora Esporte Interactivo y aunque vive en San Pablo, a 873 kilómetros de Chapecó, coincide en que la tragedia los ha golpeado a todos.
“El brasileño lo estaba siguiendo como a la selección. Tenía jugadores de nivel medio, pero eran muy, muy queridos”, cuenta Milanini.
Lo que significaba Chapecoense en Brasil
Según dice Milanini, el fenómeno verde y blanco se produjo cuando Chapecoense llegó a instancias definitivas. Los hinchas de las grandes ciudades como San Pablo y Río de Janeiro los apoyaba porque se trata de una ciudad muy pequeña y un equipo muy humilde y esforzado.
Como se ve en tantas ocasiones en la historia del fútbol, las dificultades y el esfuerzo por superarse de este equipo eran directamente proporcionales al cariño de su afición.
“Te lo puedo decir: Este es el menor equipo de la primera de Brasil, los de menos dinero y recursos. Hace tres años no más estamos en la A y mantenernos es difícil”, cuenta sin disimular el orgullo Bohner, quien está al lado del ‘verdao’ desde que estaba en las divisones regionales.
Y agrega que “todo Brasil miraba a Chapecoense como una fuerza de los pequeños, que con dedicación llegaban a puertos inimaginables”.
Chapecó, cuenta Bohner, es muy distinta a las otras ciudades de Brasil. “Somos muy industriales, con ciudades muy chicas. Trabajamos mucho, nos esforzamos demasiado y los fines de semana, como no hay playa, hay fútbol”.
Milanini agrega que, a pesar de las dificultades, Chapecoense se había convertido en el equipo más fuerte del estado de Santa Catarina, junto a Figueirense. “Estaba en pleno ascenso en los últimos años. Es un equipo medio, que no luchaba por el campeonato”, cuenta este comunicador, que pudo ver al equipo de Chapecó por última vez el pasado fin de semana, cuando jugó contra Palmeiras.
En respuesta a la tragedia, la Federación Brasileña de Fútbol decidió suspender todos partidos de Brasil, incluyendo las finales de la Copa entre Gremio y Atlético Minerio.
Desde la ‘ciudad verde’, Bohner asegura que el gesto de Atlético Nacional de pedir que Chapecoense sea proclamado campeón de la Copa Sudamericana 2016 “es un gran homenaje para nosotros”, sin embargo, recalca que tiene que ser un reconocimiento “a un trabajo que tiene que seguir a pesar de la tragedia. Que esta gran historia no tenga fin”.
