La ampliación de la doble calzada de la carrera 80, entre la Facultad de Minas de la Universidad Nacional y el cruce de la calle 75, en Robledo, generó reparos de la comunidad universitaria que se quejó por deficiencias en el proyecto de infraestructura.
La obra, que comenzará el 4 de septiembre, contempla la culminación de las dos calzadas, de 550 metros de longitud, con un costo de $10.400 millones. Según la Secretaría de Infraestructura se busca optimizar la circulación, garantizar la movilidad peatonal y mejorar el flujo hacia el Occidente antioqueño.
Pero directivas y estudiantes de la Universidad Nacional no creen lo mismo.
Reproches a la ampliación
Verónica Botero Fernández, decana de la Facultad de Minas, dijo que tras la socialización, por parte de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), quedaron con muchas inquietudes.
Afirmó que la obra “no tiene ciclorrutas, los pasos peatonales están a más de 500 metros, por lo que se van a crear cruces de facto. No contempla paraderos de buses, vamos a desplazar a los estudiantes”.
Añadió que la velocidad de diseño de la vía es de 60 kilómetros por hora (k/h), cuando en las zonas educativas debe ser 30 (k/h). Otro reproche fue la generación de ruido.
“Al proyecto se le olvidó contemplar distintos aspectos. Entendemos que es un diseño de hace ocho, diez años, pero las actualizaciones no solo pueden ser en precio, sino que se debe repensar si ese diseño va en la misma línea de la idea de ciudad que hoy queremos. Nos parece triste que vengan a socializar un mes antes de la ejecución”, acotó Botero.
Luis Miguel Gómez, representante estudiantil de la facultad, opinó que el proyecto no garantiza la seguridad de la comunidad universitaria porque a los alumnos les tocará caminar distancias mayores.
“Pedimos que cuando hagan los diseños se revisen los entornos. La universidad necesita paraderos, ciclorrutas y buena iluminación”, anotó.
“Nos sentimos aislados”
El vicerrector de la sede de la Universidad Nacional en Medellín, Juan Camilo Restrepo Gutiérrez, sostuvo que con los dos viaductos que se construirán se generarán bajos en los que la inseguridad se puede incrementar. “Se vuelven espacios para que se concentren actos de delincuencia, lo que nos preocupa mucho”, apuntó.
Dijo que pese a que la Facultad de Minas lleva 130 años en la zona, no está integrada al sistema masivo de transporte, ni a redes de ciclorrutas, por lo que se sienten aislados.
“No nos están teniendo en cuenta, solicitamos que nos involucren en los proyectos de infraestructura para mirar de qué manera podemos aportar. La ampliación de la vía es fundamental, pero no a costa de la seguridad de la comunidad universitaria”, señaló.
¿Qué dice la Alcaldía?
La secretaria de Infraestructura Física de Medellín, Paula Andrea Palacio Salazar, respondió que el proyecto hace parte de un plan general de movilidad porque es el único sector de la carrera 80 que no tiene doble calzada. Explicó que es clave para descongestionar la zona porque actualmente se genera un embudo.
Sobre los diseños, afirmó que no solo se actualizaron en precio sino en el cumplimiento de normas técnicas y conceptos plasmados en el Plan de Ordenamiento Territorial.
Reconoció que no hay ciclorrutas porque estas obedecen a un circuito y no tendría sentido construir un tramo en una zona aislada de la red municipal. “Se podría pensar a futuro por la gran comunidad educativa del sector”, apuntó.
Sobre la velocidad de diseño, contestó que es la misma de la doble calzada de la 80. “Garantizaremos pasos seguros peatonales”, prometió.
Concluyó afirmando que están a disposición de la universidad para ajustar elementos como la ubicación de los pasos peatonales, para acercarlos más al campus, o la intervención en los bajos de los viaductos para que no queden espacios sin iluminación.