En cuarentena y con dieta especial permanece en el zoológico Santa Fe de Medellín un lobo que fue encontrado por Corantioquia en zona rural del municipio de La Estrella, en el sur del Valle de Aburrá.
El animal fue avistado a comienzos de enero y según Jhonatan Álvarez, médico veterinario del zoológico, permanece en cuarentena mientras se confirma que no tenga enfermedades. “El animal llegó con masa muscular precaria y pelaje opaco, que son signos de que no tuvo una buena alimentación. Por sus dientes identificamos que tiene entre un año y un año y medio de edad; es decir, es un adulto joven”, explicó.
Pero lo que más llamó la atención de los médicos encargados fueron las marcas de collar que el lobo tenía en su cuello y su comportamiento. “Es muy nervioso, pero cuando entra en interacción con humanos, se calma. Eso nos lleva a pensar que el animal pudo estar en cautiverio”, señaló Álvarez.
Por lo pronto, los médicos trabajan para recuperar el estado físico del animal que llegó pesando 25 kilos, cuando su peso normal es de entre 30 y 35 kilos. “Los nutricionistas le diseñaron una dieta basada en su alimentación natural que es carne de res, entre 2 y 3 kilos en la mañana, y le agregaron un concentrado que le dan a los lobos en cautiverio y que tuvimos que importar de Canadá porque está hecho a base de carne de bisonte”, explicó el veterinario.
Corantioquia será la entidad que, una vez finalice la cuarentena, decidirá el futuro de este animal que ya ha mostrado signos de adaptación al clima tropical. Entre las opciones posibles está ingresarlo como parte de la colección del zoológico o buscar su reintegración a un hábitat protegido.
Víctima de tráfico
Hasta ahora en Colombia no se había conocido ningún caso de presencia de lobo, ni en forma silvestre ni en cautiverio. Estos animales, cuyo nombre científico es Canis lupus, tienen como hábitat natural el hemisferio norte, y son muy comunes en la parte alta de Estados Unidos, donde la temperatura es más fría.
Por eso, en el zoológico Santa Fe creen que este podría ser otro caso de tráfico ilegal de fauna silvestre, algo prohibido en las leyes colombianas.
“El animal tuvo que ser traído hace tiempo, porque cuando crecen ya son más agresivos y es muy difícil transportarlos. Pero cuando son cachorros, si no hay un ojo entrenado en aduana, es posible que lo hagan pasar como un perro”, señaló Álvarez.