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Las bicicletas, el uso del transporte público y los horarios flexibles en empresas, colegios y comercio hacen parte de las soluciones que se plantean para los tacos y desórdenes en la movilidad en Medellín y el Valle de Aburrá.
El subdirector de Movilidad del Área Metropolitana, Juan Esteban Martínez, afirmó que la institución, como máxima autoridad de transporte, le seguirá apostando a la estrategia de bicicletas públicas y todo lo relacionado a esta alternativa de desplazamiento.
“Este año queremos seguir impulsando a que la gente tenga como opción, de una manera más intensiva y racional, el transporte público, el metro, las rutas integradas, el sistema metroplús y por supuesto, la bicicleta. Queremos hacer cumplir esa pirámide invertida de movilidad planteada en el nuevo POT de Medellín: primero el peatón, el ciclista, el transporte público colectivo y masivo, luego el transporte de carga y por último las motos y los vehículos particulares”, enfatizó.
En uno de las últimos foros de El COLOMBIANO con el Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de la Universidad Eafit, se concluyó que si bien es necesario restringir el uso del vehículo particular, esto tampoco será suficiente.
En esa ocasión, expertos coincidieron en que la estrategia debe estar acompañada por otras como ampliar el sistema de transporte masivo (metro, metroplús, cables y tranvía), modernizar el transporte público colectivo (buses convencionales) y desatrasar el desarrollo de la infraestructura vial, ciclorrutas y espacios peatonales.
Así mismo, el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que empezó a regir hace dos meses, tiene estipulado construir más de 400 kilómetros de ciclorrutas, 500 kilómetros de nuevos andenes y vías peatonales.
“En movilidad proponemos migrar gradualmente a cambios de paradigmas. Que haya carros y motos, pero también ciclorrutas, espacio peatonal, transporte colectivo y masivo. Uno de cada cinco muertes violentas en Medellín está en accidentes en vías”, informó Jorge Pérez Jaramillo, director del Departamento Administrativo de Planeación de Medellín.
Al hablar de soluciones para la movilidad, ya nos quedamos cortos si solo nos referimos al área metropolitana o al Valle de Aburrá. Expertos aseguran que tenemos que pensar en estrategias y alternativas para mejorar la circulación en una gran región, que va desde Barbosa (Norte), San Jerónimo (Occidente), Amagá (Sur) y Marinilla (Oriente); por supuesto siendo el gran núcleo Medellín y los municipios del Valle de Aburrá.
“Mal contados, ubicando esos extremos cardinales, serían unos 25 municipios los que integrarían esa gran región de movilidad. Como cada localidad maneja su problemática, no aplican soluciones integradas a un contexto global”, dijo Luis Carlos Díaz Mora, exconcejal de Medellín y abogado experto en tránsito y transporte.
Este conocedor del tema, insiste en que hacen falta unos acuerdos entre los alcaldes, sin desconocer las competencias que cada uno tiene, para mejorar esta problemática; y no solo eso, esta armonía también podría ser aprovechada para acciones a favor de la seguridad de todas estas zonas.
Por otra parte, aunque Díaz Mora apoya el uso de la bicicleta, asegura que este medio de transporte está segregado por la misma topografía; ya esto es un obstáculo que toca sortear para incentivar el uso de la misma.
“No solo hablo de las montañas, también hablo de las barreras que tienen en la infraestructura vial; imagínese a un ciclista sorteando una glorieta como la de exposiciones. No podemos pensar que esto es Amsterdam (Holanda), primero hay que brindarle condiciones a los ciclistas, para así promover el uso en forma, generar apropiación de este medio de transporte”, concluyó.
Para una buena parte de los paisas, el uso de las motocicletas ayuda a mejorar la movilidad del Valle de Aburrá, porque una moto ocupa la tercera parte de lo que ocupa un carro.
“Consideramos que el pico y placa de los vehículos particulares debería ser como el de los taxis, todo el día, una vez a la semana. El aporte que nosotros los motociclistas debemos hacer, es ir pasándonos a motos eléctricas”, sugirió Mauricio Flórez, fundador de la Veeduría de la Movilidad.
Los motociclistas reconocen el gran avance de los sistemas de transporte del área metropolitana, pero también exigen otras obras y estrategias para ayudar a mejorar la movilidad.
“Nosotros creemos que con un carril exclusivo para las motos, la movilidad mejora y disminuye la accidentalidad. Reconocemos que no debemos meternos entre los carros, pero igual muchos lo hacen, eso es muy difícil de controlar”, dijo.
Sin embargo, otro experto, el director de ONU Hábitat Colombia, Édgar Cataño Sánchez, opina lo contrario.
“La moto es una solución práctica en el mercado. Hay que reglamentar el fenómeno, trabajar desde la pedagogía. Si hay buen transporte masivo, de menores tiempos de desplazamiento, seguro se desincentiva el uso de la moto, como el del vehículo particular. Con las motos, aunque se han bajado índices de tiempos de transporte, han aumentado en accidentalidad e inseguridad”, argumentó.
Para ir un paso más adelante de la segura congestión vehicular que van a generar las obras de la primera etapa del proyecto Parques del Río, la Corporación Ruta N creó lo que ellos denominaron una “Política de horarios flexibles”, para que sus empleados tengan la opción de elegir la jornada de trabajo que mejor se ajuste a sus necesidades.
En este sentido, en Ruta N se establecieron seis tipos de horarios, entre las 6:30 a.m. y las 7:00 p.m. Según lo manifestado, esto facilita el desplazamiento de sus empleados; además, por contar con varias alternativas, los trabajadores no se van a estresar por la premura de tener que llegar a tiempo a la sede. Ruta N espera que con esta flexibilidad, los trabajadores estén motivados, tengan más sentido de pertenencia, responsabilidad y por supuesto que hagan su aporte a la cultura ambiental.
“Uno de los retos de la Corporación en 2015 es convertirse en uno de los mejores lugares para trabajar, por ello también se formuló esta nueva política de horarios, que permite ayudar a mejorar la calidad de vida de los empleados y, claro está, a articularnos con la movilidad y la transformación urbanística de Medellín”, reiteró Laura Rojas, coordinadora de Recursos Humanos de Ruta N.
Alejandro Roldán, empleado de Ruta N, dice que le encanta esta nueva política, ya que le permite pasar más tiempo con su hijo, hacer ejercicio y trabajar mejor en todos los programas a los que está vinculado
Ruta N hace un llamado a las instituciones públicas y a la empresa privada, para que ratifiquen, como ellos lo hacen, su compromiso con el desarrollo y la transformación de la ciudad, además de generar más bienestar a todos sus colaboradores.