Los caminos quedaron destruidos y hay zonas donde se hace imposible llegar, incluso, por vía fluvial. En Murindó, Urabá antioqueño, la emergencia tras las inundaciones, que desde la pasada semana padecen como consecuencia de los constantes aguaceros, trae riesgos para la salud, mientras la escasez de alimentos comienza a preocupar.
El más reciente reporte de las autoridades departamentales habla de 260 familias afectadas, 14 viviendas destruidas, 145 casas averiadas y cuatro personas heridas por la fuerza de las aguas que ocasionó el desbordamiento del río Murindó, anegando veredas como La Isla (comunidad indígena), El Pital y El Canal.
Sin embargo, desde el municipio se advierte que la cifra puede crecer, si se tiene en cuenta que hay zonas a las que, por su lejanía y la magnitud de la afectación, no se ha podido llegar.
Según el alcalde de Murindó, Jorge Eliécer Maturana, con los sitios de difícil acceso, a los que esperan llegar hoy, hay 2.000 personas afectadas. Pidió que la Gobernación disponga del helicóptero del Programa Aéreo de Salud para llegar a esos lugares.
“Necesitamos sobrevolar porque no hemos podido llegar a comunidades como Turiquitadó Alto. Dicen los indígenas que la desembocadura del río Murindó se taponó 2 kilómetros”, explicó Maturana.