La venganza de un cabecilla, en retaliación por un operativo que casi termina en su arresto, es el motivo por el cual “los Urabeños” habrían ordenado un nuevo plan pistola contra la Policía.
La historia, según fuentes policiales, comenzó en la madrugada del pasado 14 de noviembre en una finca ubicada entre Necoclí y el corregimiento San José de Mulatos, de Turbo, Urabá antioqueño.
Los uniformados que participan en la Operación Agamenón tenían información sobre la presencia en ese sitio de Aristides Mesa Páez, alias “el Indio” o “Santana”, integrante del Estado Mayor de la banda narcotraficante, también llamada “Clan del Golfo”.
Los comandos de la Policía allanaron la finca en la vereda Palmeras, donde fueron recibidos a bala por la escolta personal de “el Indio”. En el intercambio de disparos murió uno de los guardaespaldas.
El director de la Policía Nacional, general Jorge Nieto, manifestó que el hombre muerto era alias “Durango”, de 28 años de edad, y portaba un fusil AK47 y una pistola calibre 9 milímetros.
Aseguró que en el operativo fueron arrestadas otras cuatro personas y desmantelada una central de radiocomunicaciones. El anillo de seguridad logró proteger la fuga de Mesa Páez, quien escapó internándose en el monte.
En la primera inspección a la propiedad, la Fuerza Pública encontró un par de fusiles, una pistola FiveSeven y dispositivos electrónicos de almacenamiento. En una caleta vecina hallaron también más de 100 granadas y 8.200 cartuchos de munición.
Por medio de interceptaciones telefónicas, las autoridades constataron que, en retaliación por ese hecho, “el Indio” habría fraguado el plan pistola. “La orden es que ‘polocho’ que veamos, ‘polocho’ al que le damos” y “hay que darle fusil al ‘tombo’ que dé el ‘botao’”, fueron algunos de los comentarios escuchados entre miembros de esa facción.