Los cerros tutelares y las montañas que rodean a Medellín pudieron observarse ayer con mayor claridad, en su función de siempre: custodiando el Valle de Aburrá.
El paisaje, que permitía divisar el horizonte, es atribuido según los expertos, al hecho de que no hubo inversión térmica, aún no han llegado con toda intensidad las lluvias y el fenómeno de El Niño está en su etapa de declive.
Óscar Mesa, doctor en Hidrología y profesor de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, explicó que “se registró menos bruma y no tuvimos inversión térmica”. De acuerdo con el experto, cuando el sol calienta la parte baja de la atmósfera, el aire se eleva, se mezcla y por ello no se va acumulando la contaminación.
María del Pilar Restrepo, subdirectora Ambiental del Área Metropolitana, explicó que las condiciones meteorológicas favorecen. Está finalizando el fenómeno de El Niño y se registra movilidad en los vientos.
Asimismo, según el profesor universitario Óscar Mesa, incide la transición de una temporada de tiempo seco a periodos de lluvias. “En el pasado en ese período se han registrado problemas en la calidad del aire. Se conoce como Fenómeno Calima”.
“Llevamos casi ocho días en cierta estabilidad en cuanto a la radiación solar. Las condiciones meteorológicas registradas hace unos días han cambiado”, sostuvo Restrepo.
De acuerdo con la experta, por las lluvias, las condiciones meteorológicas han sido más propicias para la dispersión de los contaminantes.
El profesor universitario coincidió con la experta y agregó que las lluvias ayudan a “lavar la contaminación, limpian el aire, pero la lluvia ácida produce contaminación”. No obstante, los contaminantes estarán presentes siempre que se registre flujo vehicular.
Es de anotar que los estudios técnicos muestran que el nivel de contaminantes ha variado especialmente por las medidas de contingencia tomadas en Medellín y en los municipios del Aburrá.