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Aterra, a algunos, pensar en un traslado de la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA) al Oriente del departamento. Para otros, sin embargo, esa posibilidad ilusiona y la ven viable.
Esa intención de mover una de las industrias pública más grande de la región fue oficializada por el gobernador, Luis Pérez Gutiérrez, pero desata todo tipo de reacciones.
Según el mandatario seccional, en declaraciones al portal MiOriente, un eventual traslado permitiría la generación de entre 1.500 y 2.000 nuevos empleos inmediatos en esta subregión, lo que convertiría a la FLA en un nuevo polo de desarrollo urbano.
“La Empresa está en un lugar de alta congestión, los precios de la tierra de la sede hoy son muy altos y a veces es muy conveniente que este tipo de industrias se vayan a otros lugares para hacer nuevos desarrollos urbanos, a mí me parece que la FLA quedaría muy bien en el Oriente”, dijo Pérez Gutiérrez.
La más ferviente oposición a la iniciativa del Gobernador llegó desde Itagüí, sede actual de la FLA, durante más de 68 años, cuando se decidió trasladarla del Centro a ese municipio del Sur del Valle de Aburrá, dentro de un plan de expansión.
El presidente del Concejo de la localidad, Andrés Felipe López, consideró la propuesta como preocupante y la rechazó con vehemencia.
“La FLA es la tercera empresa que más aporta a la economía de nuestra ciudad. En promedio puede generar tributos por más de 5.000 millones de pesos, los cuales se ven reflejados en proyectos y programas en el municipio”, apuntó.
Si bien López insistió que ubicada en Itagüí la FLA está en un punto estratégico, debido a su cercanía a distintas ciudades y centros de comercio, analistas y dirigentes políticos consideran que salir del Valle de Aburrá es una tendencia que muchas industrias vienen ejerciendo.
Rodrigo Antonio Zuluaga, presidente de la Cámara de Comercio del Oriente, enfatizó que ese paso, que daría la FLA, ya lo han dado Pintuco, Nutresa e Imusa, entre otras empresas.
“Son muchas las industrias que han decidido venirse del Valle de Aburrá al Oriente. Y es una lógica que obedece a que las fábricas pierden actualización en infraestructura y emplean procesos que van requiriendo mayor espacio y cantidad de tierra”, explicó.
Para Zuluaga, en el Aburrá los lotes en los que se encuentran las plantas de producción de las factorías, están perdiendo valor, debido a fenómenos como la congestión vehicular y la expansión urbanística.
“Están necesitando reingeniería en unidades industriales para mejorar tiempos, por lo que el Oriente ha recibido industrias que buscan vincularse con mercados como el de Bogotá y otras ciudades del centro del país, aprovechando la Autopista”, estableció, en tanto añadió que el municipio donde se asiente la FLA se beneficiará con empleo y obtendrá millonarios ingresos por impuestos como Industria y Comercio, aparte de los generados por construcción.
Un eventual traslado de una planta de la magnitud de la de la FLA en Itagüí, sería complejo y tendría repercusiones profundas en ese municipio.
Así lo consideró Guillermo Montoya, experto en logística de la firma Araujo Ibarra en Medellín, al anotar que técnica y operativamente no tendría lógica montar y desmontar una planta a la que además se la han hecho inversiones multimillonarias, recientemente, para modernizarla.
Agregó que si se buscara un espacio en Zona Franca, tendría una restricción legal, pues la Ley exige que las empresas que se asienten allí deben ser nuevas o si existen, que constituyan filiales.
Mientras el debate y la polémica apenas comienzan, empresarios y dirigentes del Oriente ya plantean, para la semana entrante, una primera mesa de trabajo con el gobernador Pérez para comenzar a aterrizar el sueño que para otros es pesadilla.