En medio de una fuerte precipitación y ante la mirada inquieta de los habitantes del sector, pequeños riachuelos y corrientes de agua descendieron el miércoles por el Cerro Quitasol, en el municipio de Bello.
El Sistema de Alertas Tempranas de Calidad del Aire del Valle de Aburrá, Siata, explicó que lo que se observó en el cerro es una situación normal causada por las lluvias y denominada escorrentía superficial. Autoridades locales manifestaron que no ocurría con tanta intensidad desde hace 10 años. Pero, ¿en qué consiste?
Verónica Botero, magíster en Estudios Geológicos y decana de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, explicó que las precipitaciones se distribuyen en tres partes: una parte que se infiltra, o se absorbe por el suelo; otra que cae en las plantas para luego evaporarse y una última que se escurre por las laderas cuando hay saturación del suelo.
Una situación similar, agrega Botero, ocurre cuando una persona camina bajo la lluvia: las gotas empapan la ropa y, cuando la tela supera su capacidad de absorción, el agua se escurre.
“Es lo mismo que pasa en el suelo. .Como estamos en un periodo invernal, la mayoría de las laderas de nuestra ciudad están saturadas. Tienen mucha agua en el suelo y cuando llueve, como su capacidad de absorción está disminuida, la mayor parte de la precipitación se escurre”, agregó.