En tanto sus superiores le reiteraron el apoyo a la gestión que realizaba en Buriticá, desde hace más de tres años, el sacerdote misionero de la Iglesia Anglicana Hernán Darío Ortiz, denunciaba ayer ante la opinión pública, que está siendo amenazado por su trabajo en ese municipio del Occidente antioqueño.
“Estoy siendo objeto de presiones y amenazas. No sé de parte de quién, pero estoy siendo intimidado por mi posición de denuncia social y el llamamiento a que no haya más guerra”, dijo el religioso.
El padre Ortiz, cuestionado por ser cercano a mineros informales, aseguró haber llegado a Buriticá hace cerca de tres años movido por la problemática generada por la actividad en esa localidad.
Añadió, ante la intervención de la Gobernación de Antioquia y otras autoridades en ese municipio que “faltaron medidas de acompañamiento social”.
“Dijeron que las presentaban, pero dónde están las soluciones inmediatas de empleo. ¿En 4 o 5 años? En ese tiempo pueden pasar muchas cosas. Esto se soluciona mirando la problemática desde todos los niveles y a no imponer nada”, recalcó.
Sobre el futuro inmediato del padre Ortiz, el obispo de la Iglesia Anglicana en Colombia, Germán Orrego Hurtado, consideró los señalamientos contra el representante de su iglesia como calumniosos.
“Solo está haciendo lo que le corresponde ser a un defensor de la justicia y la paz. Eso es lo que debemos hacer (...)”, anotó el Obispo.
Mientras las autoridades, con respecto a las denuncias del sacerdote, guardan silencio (EL COLOMBIANO buscó respuestas del comandante de la Policía Antioquia, coronel Wilson Pardo, pero no fue posible) el gobernador, Luis Pérez reiteró los avances en la intervención en Buriticá.
El mandatario seccional, afirmó que el presidente Juan Manuel Santos lo felicitó por la gestión que está realizando en esa localidad del Occidente para formalizar mineros y desalojar otros que permanecen ilegalmente allí.
“Me encantó que el Presidente reconociera lo que estamos haciendo en Buriticá, pacificando una zona minera de oro (...) Le dije que estamos haciendo historia y dijo que es un proyecto para mostrar en cualquier parte”, aseveró
El gobernador Pérez enfatizó que toda minería de oro es un espacio y un territorio donde florece la ilegalidad, la extorsión y la delincuencia.
Añadió que el trabajo en Buriticá será un ejemplo para el mundo de cómo manejar una mina donde se favorezcan las grandes empresas, pero también que los mineros ancestrales tengan su empleo digno, permanente y su seguridad social.
Pero el padre Ortiz no se guardó cuestionamientos a la “pacificación” que dice el gobernador hace en Buriticá y acotó que ha habido incumplimientos.
“La intervención de la Gobernación ha sido importante y estamos de acuerdo con ella. Lo que no estamos de acuerdo es con la manera cómo se presentó y se viene realizando. Nosotros somos hombres de paz y la iglesia predica la paz y la no violencia, otra cosa es que presenten un operativo para atacar dineros que por lo general son ganados por personas buenas”, consideró.
El Sacerdote denunció las amenazas de las que dice ser objeto ante la Defensoría y aseguró que ayer mismo pediría protección a las autoridades.