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Autoridades tras la pista de Alejo, desaparecido hace dos meses

  • Estas son las hermanas y la madre del ingeniero Alejandro Ramírez Acosta, desaparecido desde el pasado 2 de marzo y a la derecha en la fotografía. FOTO CORTESÍA
    Estas son las hermanas y la madre del ingeniero Alejandro Ramírez Acosta, desaparecido desde el pasado 2 de marzo y a la derecha en la fotografía. FOTO CORTESÍA
04 de mayo de 2015
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La Unidad de Desaparecidos de la Fiscalía General de la Nación con ayuda del grupo Gaula de la Policía ya tiene unas “pistas contundentes” sobre la desaparición del joven ingeniero Alejandro Ramírez Acosta, de 37 años de edad, ocurrida el pasado 2 de marzo en Girardota.

“Tenemos muy adelantada la investigación, pero es delicado poner en público los detalles de este caso”, informó Germán Darío Giraldo Jiménez, director Seccional de Fiscalías.

Según versiones de investigadores del Gaula de la Policía la desaparición de Ramírez no tiene que ver ni con el hurto del vehículo una camioneta Hilux, ni con bandas delincuenciales o combos en Girardota, ni con posibles extorsiones cuando realizaba construcciones en el sector de Bello, sino a un tema que se viene investigando desde el momento de su desaparición.

“Tenemos una hipótesis muy adelantada, que no tiene que ver nada con hurtos, bandas o extorsiones. La desaparición estaría relacionada con otro tema pero se están adelantando las investigaciones que no se pueden revelar”, confirmó Giraldo Jiménez.

Por su parte, la Policía también sigue la pista de la desaparición de Alejandro. “Ha habido muchas variables que se han analizado alrededor de este caso, de índole familiar, económico y laboral. A raíz de un análisis y otras circunstancias que han aparecido luego de la desaparición. El proceso investigativo con la Fiscalía va avanzando en ese sentido y hay unos hechos muy claros alrededor de este tema. Habría que esperar el desenlace”, indicó el general José Gerardo Acevedo Ossa, comandante de la Policía del Valle de Aburrá.

Mientras tanto su familia sigue esperando a Alejandro. Su madre todavía recuerda ese 2 de marzo cuando su hijo la llamó desde Girardota para decirle que lo habían contactado unas personas para un proyecto de una finca en El Hatillo, Barbosa.

“Él había salido de una terapia para la rodilla que estaba haciendo en Sura en Industriales y fue a encontrarse con esa gente en Girardota. A las 9:15 de la noche me llamó Natalia, la esposa, para preguntarme qué sabía de Alejandro. Yo le dije que lo había llamado a las 8:00 p.m. pero que no me había contestado y me imaginaba que era porque estaba en clase. Ella me dijo no suegra, Alejandro no fue a clase, no ha aparecido”, indicó la mamá de Alejandro, Piedad Acosta, sobre el día que comenzó su calvario.

Alejandro estudiaba de 6:00 a 9:00 de la noche en el Colegio Mayor, una especialización en Construcción Sostenible. Sus compañeros tampoco lograban ubicarlo. “Hablando con compañeros nos dijeron que no había ido a la clase, que no sabían dónde estaba. Ya no le entraban los chats por WhatsApp, no contestaba, el teléfono ya estaba apagado. Ahí comenzó todo el calvario, mandamos a un hermano de Natalia a la inspección de Laureles para saber el camino a seguir. Allá nos dijeron que fuéramos a Girardota a buscarlo”, indicó Piedad Acosta.

La familia llegó a las 11:00 de la noche a Girardota y preguntó con la Policía que estaba en un retén, y aunque ya conocían sobre su desaparición no habían visto la camioneta de Alejandro, una Hilux Blanca doble cabina de placas DBS 495, que hasta el día de hoy no ha aparecido. Aunque la Policía ya descartó que la desaparición fuera a raíz del hurto del vehículo.

En la estación de Girardota nos tomaron los datos, pero no fue mayor cosa lo que se hizo allá. A las 11:00 de la noche nos fuimos para el Gaula de la Cuarta Brigada, y allá nos dijeron que había que esperar porque muchas veces era que se iban de fiesta. Pero él estaba en una cita de trabajo, un lunes y salía para la universidad. Les dijimos que no era una explicación lógica”, afirmó su madre.

El 3 de marzo Piedad Acosta puso la denuncia de la desaparición de su hijo y hasta el día de hoy, dos meses después, la investigación sigue en curso, con resultados próximos según la Fiscalía y la Policía.

Según Piedad, Alejandro ha trabajado en las interventorías de varios supermercados de cadena y ha hecho otros trabajos en ingeniería civil en municipios como Dabeiba, Remedios, San Pedro. Así mismo, Alejandro creo dos empresas de construcción, Avitat y Escala con la que estaba construyendo unas casas en el sector de Norteamérica en Bello, otra de las hipótesis que manejaron las autoridades apuntaba que había sido extorsionado presuntamente por bandas y combos de Bello, pero esta fue totalmente descartada por los investigadores de este caso.

Nosotros nunca escuchamos que los estuvieran extorsionando. A lo mejor él dijo yo lo soluciono, pero son conjeturas. No sabemos que hay detrás de todo esto ni quién está en medio de todo esto. No nos han pedido dinero, no nos han enviado pruebas de supervivencia. Y lo único que tenemos para decir es que no somos gente de plata, Alejandro lo único que tiene son deudas en los bancos”, afirmó Piedad Acosta.

Y es que la madre de Alejandro ha probado todos los métodos para dar con su paradero, ha hecho dos marchas una en el parque de El Poblado y otro en el de Las Banderas. Hace poco en el sector del norte del Valle de Aburra arrojó desde un helicóptero más de 150.000 volantes, pero nadie dio razón sobre su paradero. “Los amigos de Alejandro nos han colaborado con el dinero de los volantes, de la recompensa de 50 millones porque la policía puso solo 10 millones, otros con camisetas, pendones, eso tiene un costo muy alto, y con todo esto que hemos hecho nadie ha dado razón de Alejandro”, indicó Piedad.

Solo una persona que supuestamente lo vio en La Ceja, hizo que su familia tuviera una ilusión pasajera que se esfumó en otra mentira sobre su paradero. “Eso fue un descaro. Con el dolor de uno no pueden jugar de esta forma. A la nuera mía le dijeron que habían visto a una persona igual a Alejandro muy sucio, que le habían dado chocolate y le habían regalado un buzo. Y nos fuimos todos para allá a buscarlo, pensábamos que le habían dado escopolamina y que estaba perdido. El despliegue fue muy grande, revisamos cámaras de seguridad de la Terminal, de la Policía, de un Coliseo donde la señora decía que lo había visto y por ninguna parte, la señora se veía pero sola. Lo que ella dijo nunca se verificó”, relató Piedad.

Natalia Bolívar, la esposa de Alejandro Ramírez, indicó que las autoridades todavía no les han comunicado nada sobre la investigación y que no pueden dar pistas sobre los móviles o investigados. Así mismo, agregó que este viernes a las 6:30 de la tarde se realizará una cadena de oración en el segundo parque de Laureles, donde se hará un plantón con la familia, amigos y empleados, a clamar por la aparición de Alejandro y las personas que viven esta situación.

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