Dos años cumplidos como prófugo ajustó Brent Ron William Harracksingh, el canadiense implicado en casos de pedofilia y homicidio que se escapó de un ancianato de Medellín y se burló de la justicia colombiana.
Su historia en el país comenzó en 2009, cuando se radicó en la capital antioqueña. En esa época solía presentarse como productor de páginas web, comerciante y mánager de un centro de estética. Pero cuatro años más tarde, los despachos judiciales empezaron a conocer sus verdaderas intenciones.
De acuerdo con los expedientes, dos niñas de 14 años lo denunciaron el 15 de julio de 2013. Según ellas, una excompañera de su colegio en el municipio de Envigado, que trabajaba para el extranjero, las convenció de visitarlo en una finca alquilada de Las Palmas. Allí recibían dinero a cambio de sexo, hasta medio millón de pesos por su virginidad.
Brent Ron fue capturado en esa propiedad, el 30 de septiembre de 2013. La Policía le encontró además un revólver Cassidy 38 y una pistola Glock 19, con municiones.
Después de un largo juicio, en el que otras colegialas trataron de defenderlo, el Juzgado 15 Penal Municipal de Medellín lo condenó en 2015 a pagar 15 años y seis meses de prisión por el delito de demanda de explotación sexual comercial de persona menor de 18 años y porte ilegal de armas.
La decisión fue ratificada en segunda instancia en noviembre de 2016, por el Tribunal Superior de la ciudad (radicado N° 0500 16000 207201300458).
Estando recluido en la cárcel de máxima seguridad de Itagüí, la defensa del canadiense logró que la justicia le concediera el beneficio de la detención hospitalaria, al abrigo de un dictamen de un forense de Medicina Legal, según el cual Brent Ron sufría de constipación crónica y posible cáncer de colon.
Extrañamente, el condenado no fue enviado a un centro médico, sino a un hogar de ancianos en el barrio Estadio de Medellín, llamado Confort Gerontológico la Eterna Primavera.
A pesar de esta concesión, el forastero, quien portaba un brazalete electrónico del Inpec, continuó con sus aberraciones pedófilas. La nueva víctima fue una infante de 13 años del municipio de Bello, quien en compañía de su familia instauró otra denuncia el 28 de marzo de 2016.
La menor de edad relató a la Fiscalía que conoció al canadiense por Facebook y que, en compañía de una amiguita, lo visitaba en el ancianato. Él les daba dinero por sexo y por sesiones de fotografía en traje de baño y ropa interior, que luego eran subidas a internet.
Por este caso, la entidad judicial le abrió un nuevo expediente por la conducta de acceso carnal abusivo con menor de 14 años.
La banda de sicarios
En la noche del 16 de junio de 2016, sicarios asesinaron al periodista Tomas Willemoes, de 41 años y nacido en Dinamarca. El crimen sucedió en una acera de El Poblado, en el suroriente de Medellín, donde hombres motorizados le dispararon.
La investigación de la Sijín y la Fiscalía demostró que los agresores pertenecían al combo de “Colima”, que delinque en la comuna de Manrique y opera como sucursal de la banda “la Viña”. De igual manera, que uno de los presuntos financiadores de la facción era Brent Ron William, apodado por ellos “el Gringo”.
Una de las hipótesis del caso sugiere que el extranjero sería el autor intelectual de la muerte del periodista danés, porque al parecer le competía en su negocio de pornografía.
Lo cierto es que cuatro días después del homicidio, el canadiense escapó del centro geriátrico. La Unidad de Vida de la Fiscalía le expidió una orden de captura por homicidio agravado, en calidad de coautor.
Cuatro integrantes del combo de “Colima” ya fueron capturados y condenados.
La última pista que tuvieron las autoridades del prófugo de 36 años fue entre diciembre de 2016 y marzo de 2017, cuando fue visto en Cartagena en compañía de un par de mujeres jóvenes. A pesar de tener varias órdenes de captura en su contra, por redes sociales se jactaba de su estilo de vida de playboy en embarcaciones y hoteles costosos.
Los investigadores que le siguen el rastro creen que salió del país, por lo que solicitaron apoyo a Interpol para su búsqueda y captura.
En Colombia tiene pendiente la condena de 15 años y seis meses, los procesos por acceso carnal con menor de edad, homicidio agravado y fuga de presos. Sin embargo, ya van dos años desde el escape del extranjero que se burló de la justicia.