Un juez de Control de Garantías dictó ayer medida de aseguramiento en contra de Juan Carlos Castro, alias “Pichi Belén”, tras su captura el domingo pasado en una finca en Playas del Francés, en Tolú (Sucre). A este cabecilla, sucesor de “Tom” en “la Oficina”, le fue imputado concierto para delinquir agravado. No aceptó cargos y fue enviado a La Picota, en Bogotá
La Fiscalía manifestó su desacuerdo con la decisión porque en esta cárcel está recluido “Tom”, patrón de “Pichi”.
Claudia Carrasquilla Minami, directora Nacional contra el Crimen Organizado de la Fiscalía, señaló que el juez acogió un argumento de la defensa de “Pichi”, según el cual, si lo remitía a la cárcel de Jamundí (Valle del Cauca), peligraba su vida porque en ese centro penitenciario está un enemigo, riesgo que, según la Fiscalía, no fue sustentado.
Tras la reclusión de “Pichi”, las autoridades pusieron el foco en la búsqueda de los otros siete integrantes del cuerpo colegiado de “la Oficina” que continúan libres.
Carrasquilla dijo que ahora el objetivo es judicializar a alias “Conejo”, “Chepe Osorio”, “Pablo Osorio”, “La Teta”, “Cerdo”, “Clemente” y “el Indio”.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, indicó que enfocarán la lucha en el lavado de activos. “Queremos derrotarlos financieramente, es lo que les da su poderío”, dijo.
¿Quién asumirá su puesto?
La fiscal Carrasquilla sostuvo que alias “Tom”, en la lucha que tiene por el control territorial en el Valle de Aburrá con alias “Douglas” y “Carlos Pesebre”, debe designar un segundo al mando en “la Oficina”.
Max Yuri Gil, sociólogo e investigador social, dijo que le llama la atención el poder que le atribuyen las autoridades locales y nacionales a “Pichi”, “cuando sabemos que ‘la Oficina’ no es una estructura de mando vertical: Es una federación de grupos armados. Se infla el perfil para demostrar la contundencia del golpe”.
Añadió que está comprobado que tras la captura de un cabecilla, de inmediato llega un sucesor. “El organigrama cambia todo el tiempo, la rotación se da como consecuencia del accionar de las autoridades, lo que demuestra eficacia en lo inmediato. La pregunta es si eso permite desestructurar las organizaciones. La respuesta parece ser que no”.
Posibles retaliaciones
Las autoridades reconocieron que tras la reclusión de “Pichi” puede haber un remezón en el interior de “La Oficina”
Fernando Quijano, director de Corpades, Ong de derechos humanos, aseguró que pese a que en esta oportunidad no habría represalias porque estaría esclarecida la ruta del relevo, si generaría sospechas de delación dentro de las dos líneas de mando de “la Oficina”.
“Se dan golpes importantes a jefaturas, subjefes y coordinadores, pero no se acaba el control en los territorios y no cesa la violencia. El crimen sigue reacomodándose porque hay otra dirección con bajo perfil”, concluyó Quijano.