Mauricio Ospina estaría de cumpleaños este sábado, pero no hubo fiesta, ni torta, y menos razones para celebrar.
Las balas de un conflicto ajeno lo encontraron el jueves en la noche dentro de un bar en Laureles, occidente de Medellín, cuando compartía una cerveza con una amiga. Horas después del ataque armado el diseñador gráfico falleció en un centro asistencial. Otros dos hombres, mayores de edad, también murieron en el lugar de los hechos.
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Lo que sí hubo este sábado fue una reunión de familiares y amigos que se juntaron en el sur del Aburrá para despedir al diseñador gráfico, quien laboró en varias entidades culturales como el Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín.
Ese grupo de amigos que hoy lo despide, y lo llora, realizará un plantón y una marcha en la mañana del domingo (10 a.m.) que partirá de Carlos E Restrepo, en las inmediaciones de la Universidad Nacional, y planea llegar hasta La Alpujarra.
La convocatoria busca no solo exaltar el legado y la memoria de Mauricio. También será la oportunidad de expresar el dolor por las 616 personas (el viernes hubo tres nuevas víctimas) que han sido asesinadas solo en lo corrido del año en la capital antioqueña.
Esta cifra representa 37 casos, un aumento del 6 %, frente al mismo periodo del año anterior.