“Hace por ahí seis meses que no se encontraba por esta zona un cuerpo. El otro fue a media cuadra. Entre costales encontraron a un señor. ¡Claro!, el susto fue tremendo”, narra un trabajador de la zona del Bazar de los Puentes que presenció el hallazgo del cadáver de una mujer que había sido empacado en una maleta de viaje.
El macabro hallazgo se produjo pasadas las 9:15 de la noche del pasado lunes festivo, en la esquina de la carrera 52 con calle 57B, en el corazón del barrio Estación Villa y en pleno centro de Medellín.
No se sabe a qué horas ni en qué circunstancias exactamente fue dejada la maleta en la esquina y al lado de varias bolsas de basura.
Pero está claro que uno de los habituales transeúntes se acercó a ver la maleta y en medio de su curiosidad la abrió y para sorpresa suya halló el cadáver.
“Eso fue reacción inmediata. Se le avisó a la Policía y de una acordonaron todo esto. Es que esta zona está complicada por la seguridad, afirma el trabajador.
La maleta, de manera paradójica, fue puesta exactamente bajo una cámara de seguridad dispuesta en un poste. Las autoridades, sin embargo, no confirmaron si quedó grabada alguna imagen que pueda servir en la investigación.
Tras la inspección del cuerpo adelantada por miembros de la Sijín, se pudo constatar que el cadáver corresponde al de una mujer de entre 30 a 35 años, de contextura delgada, trigueña, de unos 45 kilos.
El cuerpo fue trasladado a las instalaciones de Medicina Legal para su plena identificación. Como señal particular, la mujer tiene un tatuaje en el pecho con las letras R y M. También se pudo constatar que no estaba desmembrada y sus causas de muerte quedaron por establecerse.
Llevaba puesto un jean azul y camisa naranja. Tampoco presentaba señales de violencia sexual. Su identidad, hasta ayer, era un misterio. Aunque sí se sabe que se trata de un hecho criminal que, además, tiene varios antecedentes recientes.
De hecho, el barrio Estación Villa, de acuerdo con datos del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), es el segundo barrio más violento de Medellín. Entre enero y el pasado 10 de noviembre se registraron 17 homicidios.
Este año es la segunda vez que se encuentra el cadáver de una mujer en similares condiciones en el centro de Medellín, en el resto de la ciudad, también se han registrado macabros hallazgos.
El pasado 3 de julio, en Maturín, entre Alhambra y Carabobo, comerciantes de la zona descubrieron el cuerpo de una mujer de aproximadamente 45 años envuelto en cobijas. Lo habían arrojado desde una motocicleta en movimiento sin que nadie se percatara. El hecho ocurrió a diez cuadras del caso del pasado lunes.
Varios casos de hallazgos poco comunes se han reseñado este año. En solo los dos primeros días de agosto ocurrieron dos de estos.
En Moravia, el cuerpo de Bayron Moreno, un joven de 25 años, fue hallado apuñalado y metido en una bañera que fue arrojado a orillas del río Medellín.
Horas después, el cadáver de un hombre de 46 años, identificado posteriormente como Efraín Restrepo, apareció en una calle de Manrique Jardín, estaba en una carretilla y metido en una nevera.
Estos crímenes siguen siendo un misterio sin resolver hasta hoy.
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