La directriz del gobernador Luis Pérez de restringir la circulación de menores de edad por las calles de algunos municipios, ha sido tan apoyada por mandatarios locales como cuestionada por analistas en el departamento.
A la fecha, seis municipios adoptaron la implementación del toque de queda para menores de edad, entre las 10 de la noche y las 5 de la mañana y se habla de que, al menos, 25 localidades más estudian la aplicación de la medida.
El primero en marcar, este año, la tendencia en esa restricción fue La Ceja, aunque con la excepción para los menores que se desplacen con sus padres.
Esa iniciativa fue valorada por el gobernador Pérez, quien invitó al resto de las poblaciones del oriente a que la replicaran.
“El microtráfico está acabando con los niños. Por eso vamos a trabajar para que se imponga el toque de queda para menores de edad, y que solo puedan estar en la calle después de esa hora, si están acompañados de sus padres o adultos responsables”, declaró.
Además de La Ceja, Rionegro, Santa Rosa de Osos, La Unión y Cisneros ya adoptaron la medida extrema para menores. Bello es una de las localidades que ultima detalles para su implementación.
Para el sociólogo y politólogo, Max Yuri Gil esa medida es insuficiente e inadecuada, pues primero se tiene que trabajar en el fortalecimiento de proyectos, dinámicas familiares, escolares y sociales.
“Es una medida retórica que pretende generar sensación de protección. En el pasado, cuando se dio toque de queda en Medellín, se demostró que no resolvió las problemáticas, pero sí estigmatizó a los jóvenes”, indicó.
Durante los días de implementación de la polémica media, los municipios que la han adoptado han entregado balances positivos. En La Ceja, por ejemplo, las autoridades encontraron, el fin de semana siguiente a la publicación de la norma, a 50 menores infrigiéndola. En Rionegro, el fin de semana pasado hallaron 32 muchachos infractores.
“La medida ha sido valorada por los padres de familia. Para la aplicación se hace acompañamiento de Comisarías de Familia e inspecciones para llevarlos a un sitio seguro”, concluyó Andrés Julián Rendón, alcalde de Rionegro.