Parece un trabajo de espías o un juego electrónico. O hasta algo abstracto, pero no.
Se trata de encriptar, cifrar una información, algo que hoy en día se cumple a cada momento: cuando se usa, se cambia o se guarda una clave, sea del computador, el teléfono o la tarjeta débito.
O se transmite información confidencial por medios electrónicos.
Eso es lo que ha venido haciendo John Fredy Barrera Ramírez y su grupo de Óptica y Fotónica de la Universidad de Antioquia. Él acaba de recibir mención en el premio Alejandro Ángel Escobar en Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
El desarrollo científico, del que saldrá un prototipo en el que se trabaja, se encuentra pendiente de patente porque es toda una novedad.
Un gran problema de la informática es el hackeo. Que clonaron la tarjeta y la clave o que alguien accedió a información que estaba muy guardada, confidencial.
Ante cada nuevo sistema de seguridad, al tiempo aparece la forma de evadirlo.
La apuesta que hacen Barrera Ramírez y colaboradores es diferente. Utilizan la óptica para cifrar los datos, una de las líneas de trabajo de su grupo.
Esta ofrece mayor seguridad frente a los sistemas tradicionales basados en algoritmos digitales que ya han sido quebrantados.
Funcionamiento
A grandes rasgos el sistema funciona así: se tiene el objeto o dato a encriptar como se dice, con un láser se hace pasar esa información por una llave, que es un vidrio sin pulir, rugoso. La imagen cifrada es almacenada en una cámara y luego puede ser enviada por internet a otra persona. Para acceder esta debe poseer la información de la imagen cifrada y la llave de seguridad.
Es decir, los datos son transformados en un patrón visual al azar y al descifrarlos se revierte el proceso.
Cada vidrio sin pulir es diferente a otro, no hay dos iguales. Eso brinda seguridad.
Como al recuperar la imagen o dato se genera ruido y no es tan claro lo que aparece, se encontró una solución: el sistema de códigos QR.
Así, la información se convierte en QR y este es el que se encripta. El resto del procedimiento es igual.
En el laboratorio del grupo en la Sede de Investigación Universitaria se tiene montado el experimento. La intención es llevarlo a prototipo portátil para comercializarlo cuando se obtenga la patente.
Este proceso también tiene sus exigencias y ya recibió financiación de la universidad, dijo Barrera Ramírez, quien ha trabajado en el tema con similares argentinos.
Un avance de seguridad con mucha... óptica.
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