De luto, así amanecieron hoy los amantes del fútbol bien jugado, porque ayer fueron testigos del final de un ciclo exitoso en el que predominó la palabra ganar.
Eso era lo único que sabía hacer el Barcelona de España hasta que apareció el Bayern Munich de Alemania para humillarlo en su propio Camp Nou y hacerlo quedar en ridículo ganándole 3-0, sin Lionel Messi. Claro que cuando el mejor del mundo estuvo en el campo, la semana pasada, le metió 4-0 en el partido de ida.
"7-0: Aplastados" fue el titular del diario Marca incluyendo los dos marcadores y reconociendo que el elenco germano fue superior en los 180 minutos y que con los goles de Robben, Piqué (autogol) y Muller ratificó que es el nuevo rey del fútbol al conseguir su segunda clasificación seguida para la final de la Champions.
La anhelada remontada y el milagro nunca llegaron porque en la sagrada cancha catalana sólo hubo una aplanadora teutona conducida por el holandés Arjen Robben, quien tuvo que ver ayer con la pesadilla del Barcelona y resumió el partido diciendo en Efe que "creo que esto es historia; 4-0 en casa y 0-3 en el Camp Nou es algo grande".
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