Cuatro meses sería el tiempo en el que Mocoa podría iniciar la etapa de recuperación por los daños causados por la emergencia en la que murieron 301 personas, registro entregado ayer por las autoridades. Así lo aseguró el exgerente de Colombia Humanitaria y asesor en temas de cambio climático en Perú, Everardo Murillo, quien indicó que con esta tragedia se evidencian dos cosas: que Colombia aprendió a atender las emergencias, pero todavía no ha logrado prevenirlas
En conversación con EL COLOMBIANO, Murillo indicó que lo más complejo de atender una emergencia de esta magnitud es lograr que la logística funcione.
¿Por dónde empezar la reconstrucción de Mocoa?
“El país tiene todas las capacidades humanas y técnicas para responder a esta emergencia. Ahora, hay dos temas que deben ser prioridad: la salud y la alimentación. Por la magnitud de esta tragedia puede generarse cualquier epidemia que hay que evitar y hay que garantizar también la atención en alimentos que deben tener características de valores nutricionales”.
¿Cuál es el mayor inconveniente en la atención de una emergencia?
“Hay un tema que se hace complejo y es detectar quién es damnificado y quién es afectado. Lo voy a explicar: hoy todo Mocoa es afectado. Esto pasa porque la avalancha arrasó con el sistema de acueducto y energía de toda Mocoa y eso quiere decir que las familias que están viviendo en edificios lejos de los ríos, las familias que no tienen riesgo en su asentamiento, están afectados porque salen a la calle y no hay comida, no hay luz, no hay agua. Sin embargo, hoy el sistema logístico de esa emergencia tiene como prioridad a los damnificados que son aquellas personas que lo perdieron todo. En estos primeros meses casi siempre los gobiernos entregan alimentación y apoyo a todo mundo porque es muy difícil distinguir el uno del otro. Para mediar la situación lo que se hace es un censo y este da la categoría de damnificado. Con ese censo a los damnificados se les concreta la ayuda y a los afectados se le acaban los apoyos humanitarios. Todo esto está en lo que se llama emergencia y recuperación y generalmente se demora unos cuatro meses. Esta es la etapa más difícil porque todo se debe hacer al tiempo: entregar alimentos, hacer albergues, garantizar el agua y la energía”.
¿Qué es lo más complejo?
“La parte logística. Por ejemplo, en el país en este momento hay una entrega masiva de donaciones y la gente cree que todo eso es suficiente para el problema que hay allá, pues yo les digo que no lo es, estamos hablando de unas 20.000 personas afectadas directas. ¿Cuánto necesitamos para alimentarlos? Esa operación logística no se hace en 15 días. Ahora, hace un año, por la guerra en la que estábamos, no podíamos entrar a Mocoa, allí era el núcleo de las Farc por la droga, el problema de la guerra ya no está. En otros desastres en el mundo, en Indonesia, por ejemplo, casi que no logra entrar el apoyo humanitario porque estaban en guerra y se estaba muriendo de hambre y casi no se ponen de acuerdo. Colombia ya no está viviendo eso”.
Algunos damnificados han dicho que no les llegan las ayudas, ¿por qué pasa?
“Estamos en la etapa más difícil. No sabemos quiénes son los damnificados y los afectados y eso complejiza la operación de entrega. Es muy difícil y por eso el censo se está adelantando con rapidez. Hay que recordar lo que pasó en el terremoto del Eje Cafetero y es que lastimosamente llega mucha gente, de muchas partes, a mezclarse con los damnificados y dicen que vivían en una casa que ya no existe. Esto hay que controlarlo”.
¿Qué le espera a Mocoa en los próximos meses?
“Yo considero que le espera lo mejor. Desde la Presidencia se han tomado decisiones que quedaron de lecciones aprendidas como la declaratoria de emergencia que ha facilitado que todos los procedimientos sean rápidos. Esta tragedia coge a un sistema de Gestión del Riesgo que hoy tiene mucha más capacidad operativa, con más tecnología, recursos y gente”.
¿Sí aprendimos la lección?
“La lección la aprendimos en la atención de emergencias. La lección que no aprendimos es el por qué sucedió. Ojalá que Mocoa nos sirva para que todos los alcaldes estén pendientes en cumplir el ordenamiento”.