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Denunciar la crisis humanitaria que se vive en la frontera ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ante las Naciones Unidas, ante el Alto Comisionado de Derechos Humanos en Ginebra y ante la Organización Internacional de Migraciones, fueron algunas de las decisiones que anunció anoche el presidente Juan Manuel Santos luego de la derrota diplomática que sufrió Colombia ante la OEA. Y aunque convocaron la reunión de Unasur, el país no asistirá.
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De igual forma, Santos reveló que denunciará la crisis ante la opinión pública y los medios de comunicación del mundo, y que también denunciará a Venezuela ante la Corte Penal Internacional, CPI.
“El Fiscal me comunicó que –en el marco de su autonomía– que está considerando presentar una denuncia ante la Corte Penal Internacional contra miembros de la cúpula civil y militar del Gobierno venezolano que podrían ser responsables por crímenes de lesa humanidad consagrados en el Estatuto de Roma. Se trata de la deportación o traslado forzoso de población de colombianos, quienes fueron objeto de expulsión y otros actos violatorios del derecho internacional”.
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Destacó Santos que la Fiscalía considera que hay bases para probar que se ha configurado un posible ataque generalizado y sistemático contra la población civil colombiana.
Durante su discurso Santos habló de las absurdas y fuera de la realidad de las acusaciones y señalamientos que ha hecho el Gobierno de Venezuela contra Colombia. “¡Quién puede culpar a una pobre anciana deportada de la tremenda escasez de productos básicos que sufre el pueblo venezolano! ¡Quién puede culpar a los niños que están siendo expulsados, de la altísima tasa de cambio o la inflación que se ha disparado allá! ¡Y quién puede siquiera considerar que desde Bogotá, ‘con la anuencia y la vista gorda’ de mi gobierno, se planee atentar contra la vida del presidente Maduro!”.
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Por último, dijo que convocó a un Consejo de Ministros en Cúcuta para hoy al que invitó al cuerpo diplomático y a los representantes de los organismos internacionales, para que constaten directamente lo que está sucediendo.
A pesar de que Colombia informó que no asistirá a Unasur, su secretario general, el expresidente colombiano Ernesto Samper, dijo en su cuenta de Twitter que el organismo internacional “propondrá en la (próxima) Reunión de Cancilleres Comisión Regional de verificación y garantía de DDHH en frontera colombo-venezolana”.
¿Cuáles son las salidas?
Aunque los analistas coinciden en que evidentemente Colombia debe resolver la situación con Venezuela, hay un asunto interno y humanitario en el que se debe concentrar.
El excanciller Julio Londoño Paredes le dijo a EL COLOMBIANO que para convocar a la fallida reunión de la OEA, al Gobierno Nacional le faltó cabeza fría. “Considero que el Gobierno de Colombia hubiera podido preparar con mayor cuidado la convocatoria a la reunión de consulta de ministros de Relaciones Exteriores”. Recordó que en la OEA hay 34 miembros y para que se acepte una propuesta se necesita que cuente con la mayoría más uno, es decir, con 18 votos. Lo que implica que no se necesita votar en contra de la resolución sino que basta con abstenerse.
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“Muchos Estados con el solo voto de abstención, en la práctica, impidieron que la propuesta alcanzara la mayoría. Esto pasa porque muchos países se sienten incómodos con Venezuela o con Colombia y por eso prefieren no involucrarse, actúan con reticencias. Eso es lo que ha pasado a mi juicio, incluso con Estados Unidos que apoyó la propuesta colombiana, pero no fue vehemente porque Estados Unidos tiene el problema de las migraciones mexicanas”.
El excanciller explicó que el Gobierno al anunciar simultáneamente una reunión de Unasur (de la cual desistió), muchos países prefirieron escabullirse o no votar a favor para esperar el resultado de Unasur antes de pronunciarse. “Lo que hay que considerar es que en la OEA se hubiera dado una exposición por parte de Colombia y de Venezuela y se hubiera constituido tal vez una comisión para facilitar algún tipo de entendimiento, pero nada más. La OEA no iba a tomar ninguna acción de otras características”.
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El excanciller Londoño indicó que debido a la crisis humanitaria es importante la participación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, “no con un carácter político sino judicial ya que para un caso de estos es mucho más efectiva la Comisión. Tampoco creo que seamos malos vecinos y que por eso fue la votación de la OEA. Si esta situación se hubiera presentado entre Paraguay y Brasil, por ejemplo, la posición nuestra no hubiera sido la de un voto entusiasta porque no se quiere indisponer con ninguno de los dos países”. Añadió que el Gobierno debe estar listo para recibir los deportados y no cerrar el diálogo.
Entretanto, Luis Guillermo Patiño, decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la UPB, dijo que lo ocurrido en la OEA es otra derrota de la política exterior. “Colombia no va a Unasur porque allí están los mismos miembros de la OEA que votaron en contra y que se abstuvieron. De Unasur no hay nada que esperar”.
Para Ronald Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, el resultado de la reunión en la OEA era predecible. “A Colombia se le olvida que Venezuela en los últimos 16 años desarrolló una política exterior fuerte que le ha permitido ganarse el apoyo de los países”.
El académico destacó que la solución de la crisis se va a dar solo cuando se sienten los dos presidentes y encuentren un camino de diálogo que les permita tomar medidas al respecto. .