Junto a las públicas, las universidades privadas antioqueñas ganan reconocimiento que no solo se refleja en lo nacional, sino también en lo internacional.
El trabajo en investigación, la formación docente, la labor en procesos de extensión académica dan pie para que el relacionamiento con pares universitarios nacionales e internacionales y permiten que sean reconocidas. Un ejercicio que les posibilita figurar entre las instituciones académicas de más renombre en la región americana.
Maricela Gómez Vargas, coordinadora de visibilidad académica e impacto científico de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), detalla que los ránquines “son instrumentos para medir el desempeño de las universidades, precisamente para saber cuáles están alcanzando estándares de calidad”.
Agrega la coordinadora que para las universidades estas mediciones son, además, un instrumento que les sirve para autoevaluarse y medirse en comparación con otras y a partir de los resultados que se identifiquen, “trabajar en acciones de mejora o incluso sirven para la planeación y definir los objetivos estratégicos que tengan las universidades”, agrega.
Rainiero Jiménez Martínez, profesor del departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, explica que estas clasificaciones universitarias operan como mecanismos de medición con base en unos indicadores establecidos por unas entidades de orden privado, esencialmente.
“Miden y hacen comparaciones entre universidades. Indicadores como visibilidad, producción de conocimiento, inversión en investigación, ciencia, tecnología e innovación y digamos la visibilidad de producción académica, referencias nacionales internacionales”, dice.
Agrega que “es un mecanismo que en la medida que ha avanzado, desde su surgimiento, se ha complejizado y que muestra en última instancia la derivación en lo que es convertir la educación de un derecho a un servicio”.