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En 1968 había una crisis de cobertura educativa en América Latina. Varios países, entre ellos Colombia, tomaron la decisión de establecer dos o tres jornadas de seis horas en los colegios oficiales para recibir más estudiantes. Muchos alumnos terminaron primaria y bachillerato estudiando seis horas en la mañana o seis horas en la tarde. Esta medida, en teoría temporal, se convirtió en regla. Hoy, ocho millones de estudiantes van a la escuela solo por seis horas.
El problema con este modelo, como lo ha explicado la ministra de Educación, Gina Parody, es que “de los 500 mejores colegios de Colombia, 470 son privados; todos con jornadas de ocho horas de estudio. El país que presenta los mejores índices de educación en América Latina es Chile, que logró desmontar completamente la doble jornada, y se demoró 15 años haciéndolo. Uno de los retos que tenemos en el Gobierno es dejar al país con jornada única”.
¿Qué tan factible es que el Gobierno pueda implementar la jornada única en los colegios públicos del país? Además de construir colegios -proceso en el que se deben identificar predios y abrir convocatorias de construcción-, necesitará más maestros, nuevos currículos escolares y buenos entornos escolares (vías, parques, puentes, entre otros), situaciones que no están muy claras todavía.
El primer paso para implementar la jornada única es solucionar el déficit de infraestructura en los colegios del país. Los diagnósticos del Ministerio de Educación señalan que existe un déficit total de 51.134 aulas en Colombia. Antioquia necesita cerca de 10.000 aulas para asegurar la jornada de ocho horas en los colegios públicos. Para cubrir este faltante en el país, el Gobierno anunció la construcción de 30.680 aulas en los próximos cuatro años, lo que implicará que cada mes entren en servicio 639.
Los últimos estudios del Ministerio arrojan los siguientes resultados en relación a la jornada única: 8.091.096 estudiantes están matriculados en colegios oficiales. Es necesario construir infraestructura para 2 millones de estudiantes. De los 2.630.531 alumnos podrán permanecer en el establecimiento escolar conservando la planta docente cuando se implemente la jornada única. Solo 39.801 estudiantes cuentan con una jornada completa y no tendrán que someterse a cambios.
¿Colegios o aulas? Es lo que se preguntan algunos de los constructores. Parody explicó que serán por lo menos 500 colegios nuevos y 1.000 existentes que sea ampliarán para aumentar la cobertura educativa y mejorar la calidad. La idea es que cuenten con laboratorios de física, química, tecnología, ciencias naturales y bilingüismo, biblioteca escolar, comedores múltiples, zonas administrativas, sala de maestros, áreas recreativas, canchas deportivas y baterías sanitarias. La meta es que en 2025 todos los colegios de Colombia cuenten con estos equipamientos y una jornada de ocho horas.
En días pasados el presidente Juan Manuel Santos anunció después de un Consejo de Ministros se aprobó la destinación de 4,5 billones de pesos para el plan de infraestructura 2015-2025: “actualmente estamos construyendo 380 aulas por año y si seguimos a ese ritmo, tardaremos un siglo en ponernos al día. Con esta inversión podremos construir en cuatro años lo que antes se hacía en 80”, dijo.
Los recursos quedaron aprobados en un documento Conpes. De los 4,5 billones de pesos, 2 billones provienen del Gobierno Nacional; 1,2 billones del Sistema General de Regalías; 695.000 millones de pesos de entidades territoriales y 1 billón corresponde al cupo con Alianzas Público Privadas.
Esta inversión es inusual, pues en gobiernos anteriores la Nación invertía cerca de 800.000 millones en infraestructura educativa para el cuatrienio. Para acelerar las obras el Gobierno no contratará colegio por colegio, ni predio por predio. El Ministerio de Educación creó el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa para ejecutar los 4,5 billones de pesos y contratar a gran escala. Además, abrió una convocatoria con la Secretarías de Educación del país para tener una cifra clara de predios para construir. Hoy están disponibles 1.283.
La plana mayor del Ministerio de Educación, encabezada por Gina Parody, ha estado visitando a los empresarios más grandes de la construcción para difundir el siguiente mensaje: “a partir del martes abriremos la convocatoria para construir 562 aulas en 66 sedes de los departamentos de Chocó, Cauca, Valle del Cauca y Nariño. La inversión es de 145.000 millones de pesos. Están invitados a participar”.
El jueves pasado, en el hotel San Fernando Plaza, la ministra compartió la misma invitación con los empresarios que están agremiados en Camacol Antioquia. La construcción de 562 aulas en la región del Pacífico es solo la primera fase del Plan Nacional de Infraestructura educativa. Solamente en Medellín, el Ministerio tiene planeado aumentar el número de aulas en 2.173. Para otros municipios de Antioquia se espera construir 4.775 aulas.
La Ministra les dijo a los constructores que los términos de referencia para la convocatoria serán publicados en la página web www.findeter.gov.co a partir del martes. Ángela Henao, directora de Cobertura del Ministerio Educación, explicó que “se está haciendo la estructuración y fijando los estándares arquitectónicos de las aulas. No es que cada gobernador haga una obra como le parezca. Vamos a tener estándares arquitectónicos, ateniéndonos a las normas técnicas fijadas por el Icontec. A cada constructor le entregamos los estándares y los lineamientos. Tenemos ocho grandes zonas para las que se abrirán convocatorias”.
Mauricio Córdoba Jaramillo, vocero de la empresa Arquitectos e Ingenieros Asociados S.A. (AIA), le preguntó a Henao si los contratos son solo de diseño o construcción: “algunos constructores han dejado infraestructuras iniciadas que quedan como elefantes blancos. Buena parte de lo que ha sucedido en estos casos tiene que ver con diseños pobres. La disponibilidad presupuestal que se estima en el diseño inicial es una, pero cuando el proyecto se va haciendo realidad se dan cuenta de que hay obras necesarias para alcanzar el objeto del contrato. No alcanza la plata y la infraestructura queda empezada”, dijo. Por fortuna para algunos constructores, el contrato será de diseño y construcción.
Henao también aclaró que los contratos no incluyen mobiliario y dotación. Para obtenerlos el Ministerio estructurará otro contrato. Lo mismo sucederá con las interventorías. Por el momento está definiendo los estándares del mobiliario con el Icontec. Otra duda que han planteado los constructores es qué sucederá con el entorno; los puentes, las vías de acceso a los colegios, los andenes. La directora de cobertura respondió que el “Ministerio asume la construcción de la institución educativa, los elementos adicionales, como puentes y vías, dependen de la entidad territorial, que recibe recursos del Sistema General de Participaciones, regalías y además tiene recursos propios, por eso les hemos pedido que nos apoyen”.
Otra de las dudas planteadas desde el gremio de la construcción tuvo que ver con la Ley de Garantías. Sobre este punto, Henao explicó que antes de que entre en vigencia la ley estará lista la firma con las cuatro entidades territoriales en las que se construirán las primeras aulas. “Se realizará una fase de diagnóstico para identificar los predios en donde se van a construir las aulas. Los otros procesos de convocatoria los hacemos al cierre del año”.
“Todavía no nos hemos reunido con el Ministerio para conocer en detalle el plan de construcción y los predios a desarrollar”, le respondieron a El COLOMBIANO las secretarías de Educación de Bogotá y Medellín. Después de trabajar en la región del Pacífico, el Ministerio deberá evaluar los predios disponibles en las diferentes regiones. Bogotá, de acuerdo con las cifras del Ministerio, tiene un déficit de 9.204 aulas. El Eje Cafetero y Antioquia necesitan mínimo 10.380.
Para Adriana María González, subsecretaria de Educación de Bogotá, es necesario que el Ministerio de Educación tenga en cuenta el diagnóstico que está elaborando la capital sobre “la prospectiva urbana para la infraestructura educativa. Tenemos seis zonas prioritarias en donde necesitamos infraestructura escolar. Hay zonas deficitarias como Suba, en donde muchos niños deben trasladarse hasta los colegios de Puente Aranda porque allí sí hay cupos”.
González agregó que “hay que revisar los terrenos porque son zonas específicas en las que necesitamos más aulas. Hemos gestionado 87.000 metros cuadrados de terrenos por cesión de constructores y están en estudio 150.000 metros cuadrados. Tenemos que cruzar esa información con el Ministerio para comprender por qué afirma que Bogotá necesita 5.531 aulas y no más”. Una de las metas del alcalde de Gustavo Petro también fue implementar la jornada única. Hoy, de 384 instituciones educativas en la ciudad, 104 tienen jornada única.
La petición es similar en Medellín. Gloria Figueroa, subsecretaria de Planeación Educativa, explicó que “se han acercado 17 instituciones interesadas en ofrecer jornada única, pero para lograrlo se debe ampliar la infraestructura. En el momento seis instituciones cuentan con jornada única, de 215 que tiene la ciudad. Necesitamos construcción de infraestructura de acuerdo con la demanda que existe en ciertos territorios”.
Está por verse el impacto de la inversión del Gobierno en los diferentes departamentos. Richard Aguilar, gobernador de Santander, apuntó que todavía existen “niños que reciben clase en carpas, bajo los árboles. En Santander hemos hecho un esfuerzo muy grande en inversiones para mejorar las 2.200 sedes educativas que tenemos. Sin embargo, el 60% tiene necesidades de inversión altas. Esperamos que para Santander lleguen más de 300.000 millones de pesos de los recursos que plantea el Ministerio de Educación, además de los megacolegios que también se plantean”. Para Santander, el Ministerio tiene planilladas 1.236 aulas.
Fecode, el sindicato de maestros que vincula a 320.000 docentes en el país, prefiere no pronunciarse sobre la inversión en infraestructura hasta que el Gobierno le entregue el Conpes. Les preocupa, sin embargo, cómo van a aumentar la planta docente en los colegios que se pasen a la jornada única. En Bogotá, el tema de los maestros ha sido difícil de resolver. Han tenido que contratar nuevos docentes, pagarles horas extras a algunos y vincular expertos en campos como arte, nutrición y educación física.
La vinculación de los docentes merece mayor atención, como lo aseguró Francisco Cajiao, analista en temas de educación: “hace más de 25 años no se revisa el currículo académico en el país. Tampoco está tan claro cómo se van a vincular los maestros. No se puede tener niños en el aula ocho horas con maestros de medio tiempo. La propuesta de la jornada única debe incluir todas las variables, no solo el desarrollo de la infraestructura”.
Sobre este punto, el Ministerio de Educación le respondió a El COLOMBIANO que “en la medida en que se vaya implementando la jornada se revisarán las necesidades que van presentando los colegios”.