Por Laura López
Es un verdadero reto. Se trata de ser docente de niños entre los tres y los cinco años, que están en prejardín, jardín y transición, de ser el profe ideal durante la educación inicial.
Desde el programa Buen Comienzo, en las dos primeras etapas (prejardín y jardín) no se refiere a maestro como el guía de los niños, se usa el término agente educativo y en transición es que se empieza a utilizar el término docente.
“Las condiciones que debe tener un docente o un agente educativo para aportarle a la primera infancia es que tenga vocación, que pueda respetar los intereses y necesidades de los niños, que sea dinámico, motivador y empoderado de su labor”, señala Janeth Hurtado Betancur, directora de educación inicial en la cooperativa de educación Coomulsap.
Para Ana Isabel Piedrahíta Mejía, rectora del Colegio Hontanares, estos educadores deben reconocer que los niños que están atendiendo son sujetos de derecho y que él como adulto debe ser garante de los mismos.
Adicionalmente, tener empatía e identificar que la persona que tiene al frente no es una caja para llenar, sino que este ser ya viene con una maleta cargada de experiencias desde casa. Que es alguien para trabajar alrededor de sus intereses, necesidades, capacidades y que comprenda la singularidad de cada niño para hacer del aula de clase un lugar vivo.
De acuerdo con Ana María Vélez, coordinadora de preescolar del Colegio San José de Las Vegas, es importante que el docente le imprima motivación a cada una de las actividades que planea, el disfrute de estas y el material que utiliza, que sea novedoso, acorde con la edad, de colores, útil para ellos, que no tenga peligro. Además, claridad y comprensión en su clase y transmitir amor por lo que hace.
“Un docente debe tener la educación inicial como su proyecto de vida, de tal forma, que mediante el acercamiento hacia los niños encuentre su realización personal. Es necesario que tenga una capacitación en donde conozca la educación inicial y los fundamentos que son aplicados en programas como el de Buen Comienzo”, afirma Ricardo León Ortega Cardona, coordinador general de la unión temporal Atención Integral a la Primera Infancia, vicerrector y cofundador del Colegio Antares.
También, tener un compromiso personal del aprendizaje autónomo, porque cada día hay nuevas propuestas, además la época histórica que vive un niño de hoy es diferente a la que le tocó vivir al docente. Por eso, debe actualizarse permanentemente.
“Conceptos tan importantes como la neurodiversidad, la neurodidáctica, la gamificación y, en general, el funcionamiento del cerebro, son temas que el educador de primera infancia no solo debe conocer sino dominar, porque el que no sabe cómo funciona el cerebro tampoco es capaz de modificarlo ni transformarlo”, afirma Ortega Cardona.
Es un reto, es cierto, y se necesitan personas capaces de aceptarlo.