Por Andrés Velásquez
Dice el Ministerio de Educación Nacional que “lo que garantiza la calidad de la educación es la articulación coherente y armónica de un modelo que ponga, por encima de los instrumentos, el sentido pedagógico de los procesos. Una educación de calidad puede salir adelante con una tecnología inadecuada; pero jamás una tecnología excelente podrá sacar adelante un proceso educativo de baja calidad”.
Es con esa postura que se trabaja para que la calidad sea una cualidad obligatoria para que las instituciones educativas que ofrecen programas virtuales tengan parámetros de exigencia elevados.
Gustavo Villegas y el equipo de Eafit Virtual, consideran que “todo programa que se diseñe y se ofrezca debe seguir los lineamientos que van encaminados a preservar la excelencia académica”.
El docente detalla que todos los programas virtuales en el país cumplen con los mismos estándares de calidad que un programa presencial, “y son regulados por el Ministerio de Educación Nacional (MEN) a través del decreto 1205 de 2010”, dijo.
José Mario Cano, profesor de la facultad de Educación de la Universidad Pontificia Bolivariana, plantea que la calidad en la educación virtual es un tema que también se fortalece en la formación adecuada de los docentes, “pues la educación se soporta en procesos de enseñanza y aprendizajes bien estructurados y fundamentados. Es decir, lo primero es formar a los profesores que quieren hacer el paso a los ambientes virtuales, ya sean estos totalmente virtuales, apoyados en las TIC o bimodales”, comentó.
Responsabilidad social
La fortuna que ofrece la educación virtual es que gana más espacios y esto lleva a hacer un trabajo de mayor compromiso al momento de ofrecer diferentes programas de formación.
Villegas explica que “Eafit a través de su unidad de Educación Virtual y las Escuelas tienen unos procesos que velan porque la calidad de sus programas desde la misma concepción, diseño de cursos y seguimiento a la operación faciliten detectar en cada uno de esos procesos las acciones correctivas de manera oportuna”.
En palabras concretas, explica, hay un proceso de evaluación continua y un modelo de educación virtual ágil y flexible.
La evaluación constante es una de las maneras que permite que esta modalidad de educación mejore, que los programas se ajusten a la realidad y que los mismos docentes y tutores aporten herramientas que ayuden en los procesos de aprendizaje.
Explica Cano que en la UPB, por ejemplo, , en los procesos de formación de esta modalidad, “se están haciendo grandes apuestas por sentar bases y principios en este tipo de educación para estar acorde con los nuevos ritmos sociales. En relación con los colegios pasa lo mismo en el ámbito privado, pero en el oficial todavía no hay un compromiso muy definido al respecto, sobre todo por el aspecto formativo de directivos, maestros, estudiantes y padres de familia. Sin embargo, en el país se vienen haciendo esfuerzos para poder tener calidad en la educación virtual”.