El presidente Iván Duque está dispuesto a negociar con el Eln bajo un modelo de desmovilización, desarme y reinserción, si esa insurgencia deja atrás las acciones criminales y libera a todos los secuestrados que tiene en su poder.
“Durante 17 meses que se adelantaron conversaciones del gobierno pasado con el Eln se contabilizaron 462 actividades criminales que dejaron cerca de 100 víctimas, 148 atentados contra la infraestructura petrolera y se han presentado 16 secuestros. No se puede hablar de paz cuando se apela a la violencia como mecanismo de presión. Tenemos voluntad pero el camino debe ser creíble, deben terminar las actividades criminales y esto debe empezar con la liberación de todos los secuestrados”, señaló el presidente desde el Taller Construyendo País, en Amagá (Antioquia).
Así que, aunque no cierra la puerta al diálogo, pone condiciones que no estaban establecidas en la negociación, que estaba basada en un modelo de conversaciones en medio del conflicto armado, para evitar, decía el entonces presidente Juan Manuel Santos, que la guerrilla aprovechara el cese de las acciones para fortalecerse o para dilatar el proceso.
Por eso, el profesor Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz, propone que la sociedad sea la que le exija al Eln acabar con el secuestro, la extorsión y la voladura de oleoductos, “no como concesiones al gobierno, sino como respuestas a los reclamos insistentes de la sociedad”.
El asunto que siempre ha estado en discusión, no solo con el Eln sino con las Farc, cuando estaban en su proceso de paz, es que estas actividades criminales son las que dan flujo de caja a la guerrilla para mantener a sus tropas.
Por lo que Vargas responde que “se pueden buscar fórmulas para contribuir a la financiación de las unidades del Eln durante las conversaciones”.