Si no se hubieran ignorado los indicios, tal vez la muerte de Claudia Johana Rodríguez en una óptica del centro comercial Santafé de Bogotá no estaría engrosando hoy las cifras de feminicidios en Colombia.
La mujer había llegado a la capital colombiana huyendo de su exesposo, Julio Alberto Reyes, con quien tenía un hijo y vivía en la ciudad de Medellín. Llevaban un mes separados y el hombre, de 42 años, había dado suficientes muestras de su carácter violento como para que ella solicitara protección especial a las autoridades.
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La policía, sin embargo, únicamente custodiaba su lugar de residencia. De la puerta de su casa hacia afuera, no había quién verificara que el papá de su hijo se mantuviera a una distancia prudente.
“Lo que pasa es que aparentemente ella tenía problemas con el tipo. El tipo un día ya había venido y le había pegado, y hoy llegó y le metió su balazo. No sé cómo está ella. Me tocó desalojar la tienda. No tengo ni idea, pero el centro comercial está paralizado”, dijo uno de los compañeros con los que Claudia trabajaba en la óptica GMO, en la Plaza Italia del centro comercial Santafé, poco antes de que se conociera el trágico desenlace: ella murió en manos de él y él falleció en la Clínica Cardiovascular de Bogotá, tras haber recibido dos impactos de bala de la policía.
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Liliana Rodríguez, hermana de la víctima, también había denunciado varias veces las amenazas de Reyes contra Claudia, pero “nunca se tomaron las medidas necesarias para evitar que este hombre cometiera este homicidio”, dijo a la emisora Blu Radio.
Así fue el operativo en la noche del lunes en el centro comercial Santafé:
Ya había asesinado a dos personas
Lo más grave de la muerte de Claudia Johana es que las autoridades colombianas ya sabían de lo que Reyes era capaz.
El 2 de mayo de 2006, a las 8:45 de la noche, Julio Alberto Reyes llegó al bar Combo Combo, en el local 121 del Centro Comercial Bachué II de Bogotá, que era administrado por su entonces esposa, María Margarita Acosta Castaño, y los hermanos de ella, Paola Cristina y Carlos Eduardo.
Reyes les disparó los tres hermanos y a un amigo de ellos, Omar Leonardo Días Alfonso, quien murió por las heridas de las balas. También falleció Paola, su cuñada.
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Cuando la policía llegó a Combo Combo, Reyes intercambió disparos con los agentes e hirió a uno de los patrulleros, aunque finalmente lograron capturarlo.
Menos de un año después, del 13 de octubre de 2006, el Juzgado Trece Penal del Circuito de Bogotá lo condenó a una pena de 275 meses de prisión -casi 23 años- por homicidio agravado, decisión que fue ratificada en enero de 2007 por el Tribunal Superior de Bogotá.
Reyes pagó 10 años de prisión y quedó en libertad el 4 de julio de 2016. Aunque su defensa intentó sacarlo de la cárcel alegando una “situación médica de perturbación mental”, la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia negó la demanda contra el fallo:
Alarmante cifra de feminicidios en Colombia
Anoche, mientras Reyes le disparaba a Claudia Johana en Bogotá, un hombre de 47 años asesinaba a su compañera sentimental, Elcy Yamile Olaya Bolívar, en el barrio La Colina del occidente de Medellín.
Cuando la policía la encontró, Elcy Yamile tenía por lo menos diez heridas de arma blanca en su cuerpo. Y aunque un vecino escuchó sus gritos, cuando llegó a la casa era demasiado tarde: solo atinó a encerrar en la vivienda al agresor y a su víctima mientras llamaba a las autoridades.
Los casos de Elcy Yamile y Claudia Johana engrosan la lista de feminicidios en Colombia.
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Entre 2013 -cuando se tipificó el delito- y lo que va de 2017, la Fiscalía ha recibido 345 denuncias por feminicidio y la logrado 153 capturas. Pero los casos son muchos más de los que se denuncian.
Entre 2014 y 2016, 396 mujeres fueron asesinadas en Antioquia presuntamente por su condición de género, y 132 de esos crímenes ocurrieron en Medellín.
En Bogotá, en ese mismo período, ocurrieron 348 feminicidios, mientras que en Cali, una ciudad con menos habitantes que Medellín, fueron asesinadas 287 mujeres.